Un hombre -que no sabe que es amigo de una ardilla que lo observa diariamente por la ventana- busca compañía en ChatGPT. Pasa horas tecleando y leyendo respuestas que esta máquina brinda para satisfacer su intelecto, aunque nunca su corazón vacío: vacío como el de esta IA. Una noche, frustrado, desenchufa todo. Cuando se acuesta, aparece esta ardilla: “Finalmente, humano, desconectaste esa cosa. Cuéntame por qué”. Y él, agradecido, se desahoga con ella sin dudarlo.
¡Finalfeliz!, pues usted, lector, tampoco duda que alguien pueda establecer una conexión significativa con un animal que habla. Pero estamos tan solos que preferimos creerlo.
En cuanto apague el ordenador escucho a la ardilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues parece que el ChatGPT, te trajo un buen cuento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como inspiración, sí. Pero si a alguien tengo que agradecerle es a Ana María Shua que me prestó su ardillita (suena sexual, pero no). Un abrazo psicólogico.
EliminarCualquier fantasía es mejor que la cruda realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
ufff ¿evolucionamos o involucionamos? todo depende a qué nos estemos refiriendo.
ResponderEliminarMuy bueno el relato, sea tuyo o de ChatGPT como Alfred sugiere.
Un abrazo
Es un tanto inquietante pensar que hay quienes pasan más tiempo con su pc o móvil que con humanos. Pero por un lado también los entiendo, sobre todo si están aquejados de cierta misantropía, que no es para menos.
ResponderEliminarSi en el cuento de SciFi llamado Arena.... hay una parte en donde el protagonista dice que en la soledad del desierto.... hasta las lagartijas hablan.
ResponderEliminarSupongo esa soledad hizo hablar a la ardilla.
La idea seria meterle en el cerebro de la ardilla los programas de la Chata-GPT.
Más fácil que con la IA. Ahora, si me hubieras dicho una araña...ya no sé.
ResponderEliminarAbrazoo
Son muchas las maravillas que suceden cuando se apaga el ordenador, entre ellas, vivir la realidad aunque sea hablando con una ardilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
La conversación con la ardilla pudo ser interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es interesante ese diálogo con el lector.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, cada vez estamos más dependientes de las redes. Tener algo tan potente como un teléfono móvil tan a mano nos hace mirarlo con compulsión, vivir vidas ficticias, depender de mensajes y no aprovechar los encuentros cara a cara ni la vida real fuera de una pantalla. Un abrazo,
ResponderEliminarA mí me hablan las cosas.
ResponderEliminarDon Quijote comparado conmigo estaba muy cuerdo.
La realidad supera la ficción, pero necesita su tiempo y no darle la espalda.
ResponderEliminarMuy bueno 👏🏼👏🏼👏🏼