Para Marín, una romántica ballena ecologista, de toda la basura que echamos en su hogar, las cartas de amor-o-desamor que recibimos no debiéramos tirarlas pues, aparte de desembocar en el mar, podemos encontrarles alguna serendipia por atesorar si las releemos con nuevos ojos. Convencida por esto, una noche Marín usando su majestuoso cuerpo las tragó y almacenó en su interior; expulsándolas después en un chorro que llovió sobre el pueblo.
Ni supe. Únicamente encontré esta carta que me cuenta esta historia y está redactada por el compañero de andanzas de la ballena; un cartero romántico, ecologista, muy creativo o loco.
Imagen de Atrapalabras
Un cartero afortunado de tener tan buena compañera.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé qjien dijo que todo lo que acaba en el mar, este nos lo devuelve, aunque sea a través de una ballena. Ahí tenemos, si no, a Pinocho como ejemplo, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
No me inspira ninguna confianza este cartero. Primero
ResponderEliminarPorque él mismo tiró esta carta, y Porque su profesión implica ña tala de arboles o sea que muy ecologista no debe ser. Aunque lo de loco podría taparlo todo, y dejarlo como inocente.
Abrszoo
Jaja bien, pero como el micro va sobre el mar, pensemos en un cartero ecologista que propone su limpieza. Y en una ballena, real o ficticia (quedará para cada soñador) que ejecuta ese plan. Un abrazo psicológico.
EliminarCómo maltratamos el mar. En verano, por ejemplo, el humano lo convierte en el mayor urinario y cagadero del mundo. El cartero ya ha dado el paso. Sólo falta que lo sigan.
ResponderEliminarEsperaré paciente la visita de Marín para saber que sorpresa me deja en casa.
ResponderEliminarExcelente texto Julio David.
Abrazo.
Si Jonás levantara la cabeza... jajajaja
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Julio David :)
Me ha parecido muy tierno. Tienen su encanto las cartas de amor, tan raras ahora.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Es que las ballenas son seres sabios, majestuosos y de otra dimensión... Ellas saben que, cuando en nuestra mente empiecen a emborronarse los recuerdos y las fechas y hasta las caras... las cartas de amor y desamor serán lo único que nos asegure que hemos dejado, que nos han dejado, pero lo importante aquí es que hemos amado, que nos han amado...
ResponderEliminar...Y sólo por eso este viaje al final tiene sentido.
Julio, gracias por todos los buenos ratos que me has hecho pasar y aunque me vaya... o no... de la blogosfera siempre tendré la tentación de pasar a leerte para pensar y de paso echarme unas risas o conmoverme.
Un abrazo,
Un cálido y largo, largo abrazo, Tesa, que nos dure hasta que vuelvas ;-)
EliminarVa a ser más bien cosa del cartero romántico y ecologista antes que de una ballena, pienso yo. Y el anónimo es un servidor, Francisco Moroz al que Google lo tiene condenado al anonimato, por no pagar el impuesto revolucionario, creo.
ResponderEliminarAbrazo.
Nada de bloqueos y castigos al anonimato, Google nos debiera dar las gracias por quienes mantenemos a (este dinosaurio llamado) blogger vivo. Un abrazo psicológico.
EliminarPodemos tirar las cartas, pero el recuerdo de ellas nunca nos abandonará. No sé si esto sea para bien, para mal o simplemente sea.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Qué imagen tan potente la de ese chorro lloviendo sobre el pueblo.
ResponderEliminarAh! Qué tierno... Esas cartas de amor recuperadas, esas nuevas oportunidades para el amor.
ResponderEliminarMe encanta ❤
"las cartas de amor-o-desamor que recibimos no debiéramos tirarlas pues, aparte de desembocar en el mar, podemos encontrarles alguna serendipia por atesorar si las releemos con nuevos ojos" conozco, o mas bien, creí conocer a alguien que sé que en un cajón guarda un universo completo, repleto de galaxias, que de vez en cuando va y se sumerge en ese mar de recuerdos solo para abrigar su, a veces embriagada, soledad y vuelve a leer aquellos ojos de alguna fotografía o cartas con nuevos bríos..
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