-Viejita, abrazándonos me crece algo...
-¿Sí? Lo creía el cable del estetoscopio doblándose en mi ombligo.
-Aprovechemos el milagro, baja por mi cuerpo besándolo y...
-No me pongas incómoda, viejo.
-¿Soy irrespetuoso por proponértelo?
-Me hace sentir obligada. Y si me niego, culpable.
-Obligación, culpa... Y tus ganas, ¿dónde están? ¡Hablas como si tuvieras 80 años!
-Tengo 79.
-Viejita, solo busco motivarte ese deseo por mí de antaño.
-Espera.
La mujer se retira. Suena el celular del hombre. Contesta. Al otro lado de la línea ella dice:
-Deseo tengo, pero con suerte para darte sexo oral así nomás. ¡Ya, habla!
El telefono.... invento primordial de nuestra civilizacion!!
ResponderEliminarjajaja, paraleismos muy pillados por lso pelos, pero en ek fondo, hablamos con un instrumento, y el estetoscopio también.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Como busca interactuar desde la comodidad de la distancia. Para no sentirse culpable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así, por teléfono, la culpa y ña obligación se diluyen. Espero que regrese antes de que se diluya también la erección.
ResponderEliminarAbrazoo
jajajaj al menos no lo hacen con señales de humo :) Si lloviera se quedarían "in albis"
ResponderEliminarFuera bromas, un estupendo microrrelato, Julio David. Me ha gustado mucho.
Un fuerte abrazo :)
Algo es algo. No se puede quejar. Menos es nada, je, je.
ResponderEliminarUn saludo.
Los años no tienen piedad.
ResponderEliminar¡Qué ternura de matrimonio! jajaja
ResponderEliminarUn abrazo.
jajajaaa bueno, el caso es mantener viva la ... llama, la del amor.
ResponderEliminarUn abrazo!
No siempre sobran las palabras.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Jajajaja me hiciste reír. Saludos
ResponderEliminarAl menos cogió el teléfono. Educación ante todo.
ResponderEliminarLos años son según se mire un don o un tostón
ResponderEliminarBuena semana👍
Jajaja muy bueno! 👏🏼👏🏼👏🏼
ResponderEliminarja ja...¡qué horror! pero lamentablemente los años son inmisericordiosos.
ResponderEliminarAbrazos
Jajajajaja me sacaste una sonrisa.
ResponderEliminarConfío en que el viejito solucioné el asunto por sí solo.
Abrazo Julio David.
Inesperado final como en todas tus obras, admirable tu creatividad para construir estas pequeñas historias, que no paren nunca! un gran abrazo!
ResponderEliminarEse final, oral, nos deja con una sonrisa en la boca.
ResponderEliminarLindísimo post. Un abrazo
Qué bueno Julio.
ResponderEliminarAbrazos