Un científico (cuyo sueño frustrado era ser un escritor famoso) solicitó a una IA crear un microrrelato de cien palabras en que el título y el tema sea “sobre el alma humana”. Hecho el texto, lo presentó a un concurso literario. El jurado lo aplaudió y premió de pie. Pronto se hizo viral y fue elogiado por poetas, filósofos, religiosos y neurocientíficos que coincidían en lo revelador del escrito. Eso sí, lentamente el falso autor dejó de hacer apariciones públicas y facilitar entrevistas, pues cuando le pedían que ahondara sobre la obra no sabía qué responder sobre su propia alma.
ChatGPT, explícame de qué trata este cuento y qué implicaciones le ves:
ResponderEliminar"Este cuento trata sobre un científico que, con el deseo frustrado de ser un escritor famoso, utiliza una inteligencia artificial (IA) para crear un microrrelato de cien palabras sobre el tema del alma humana. El texto creado por la IA es presentado a un concurso literario y es aclamado por el jurado, que lo premia de pie. Pronto, la obra se vuelve viral y es elogiada por poetas, filósofos, religiosos y neurocientíficos, quienes consideran que el relato es revelador en su enfoque sobre el alma humana.
Sin embargo, a medida que el autor (el científico) se vuelve más conocido, enfrenta un dilema. Aunque la obra es considerada profunda y reveladora por muchos, el autor se siente incapaz de responder a preguntas sobre su propia alma cuando le piden que profundice en la obra. Esto implica una desconexión entre la comprensión intelectual del tema a través de la IA y la experiencia personal y comprensión del autor sobre su propia alma.
Las implicaciones del cuento son diversas. Se plantea la capacidad de la tecnología, como la IA, para crear obras literarias o artísticas que sean reconocidas y aclamadas, lo que plantea cuestiones sobre la autoría, la originalidad y la creatividad en un contexto tecnológico. También invita a reflexionar sobre la naturaleza del alma humana y la comprensión que se puede tener de ella, cuestionando si es posible entender plenamente el alma humana a través de la lógica y la racionalidad de una IA, o si hay aspectos subjetivos y personales que escapan a esa comprensión intelectual.
El cuento también plantea interrogantes sobre la relación entre la creatividad y la experiencia personal, y cómo la identidad del autor se ve afectada cuando su obra es aclamada pero su comprensión personal del tema central es limitada. Además, puede generar reflexiones sobre la naturaleza de la fama, la autenticidad y la conexión entre la obra de arte y la experiencia de vida del autor. En general, el cuento invita a cuestionar la relación entre la tecnología, la creatividad y la comprensión de temas profundos como el alma humana".
Escalofriante.
ResponderEliminarEse análisis es de primera... la mayoría de la gente no somos capaces de hacerlo.
No hay que ser muy listo para ver cuál es nuestro futuro.
Las máquinas ganarán.
Saludos.
El científico era un desalmado como escritor. Su alma está en la ciencia. De lo contrario habría sabido que la obra no se explica, cada uno ña entiende como le parace. ¿Qué valor tendría la obra di hubiera que explicarla?
ResponderEliminarEstos humanos están locos
Abrazoo
La conclusión definitiva sobre la IA está contenida, a mi modo de ver, en estas palabras:
ResponderEliminar"...no sabía qué responder sobre su propia alma."
Que a día de hoy, y sin percibir la que puede acabar cayendo, haya gente que, unos "jugando" con ella, otros dando saltos de alegría por lo "fácil" que le va ha hacer su vida, solo puede representar la "inconsciencia" de quien a sí la acepta.
¡En ese autobús a ninguna parte, algunos no estaremos!
Abrazo Julio.
En la línea de lo que comentas en mi blog, de acuerdo en que "no somos" lo que creemos ser.
EliminarEn cuanto a que hayamos sido creados por algo "supeior"... Puede que ya seamos ESO. Pero a lo que todavía no hemos despertado.
A partir de aquí, amigo, solo serían palabras. Lo dejamos pues!
Chao.
Lo has dejado de lo más claro, por si había alguna duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que muchos escritores y blogueros utilizarán la IA para lidiar con la página en blanco, por ejemplo. Pero serán escritos sin alma. La IA será el salvavidas de holgazanes sin talento y la asesina de la imaginación y el esfuerzo.
ResponderEliminarMi opinión va en línea directa con Cabrónidas. Se crearán blogs con autores sin creatividad que usarán un programa para generar ideas y escritos varios, pero una cosa no podrán lograr, que tengan alma, médula, ese algo tan especial que es la imaginación humana.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato y extraordinario tu análisis. Te felicito Julio David.
Abrazos
Lo de ChatGPT es increíble y preocupante. Leí que sus propios creadores han creado ya también un programa de IA para docentes, que a estas alturas ya no pueden calibrar si los trabajos presentados por sus alumnos son originales o solicitados a ChatGPT.
ResponderEliminarUn abrazo!
Lo que sí consiguió es clavar las 100 palabras. Ni una más, ni una menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa IA es una realidad, solo es cuestión de tiempo para que seamos sus vasallos
ResponderEliminarBuena jornada 👍
Hay ya algunos pensando en hacerle una estatua de oro.... y de alli hacerle un culto para adorarla
EliminarEs que a la chatgpt, le pasa lo que a los ciegos de nacimiento: Pueden ir a la definicion del color rojo del diccionario, que es bastante precisa.... en donde se indica su longitud de onda y esto del espectro.... pero en el fondo no da la EXPERIENCIA directa del rojo.......
ResponderEliminarEsto sucederá cada vez con más frecuencia sino se pone freno a tales plagios y se controla mucho más la mal llamada Inteligencia Artificial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Normal. Yo conozco un caso que ganó el primer premio en un concurso de fotografía, pero el autor no aceptó el premio y contó que era de AI y dijo que cómo no se habían dado cuenta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Julio David
Los suplantadores no siempre tienen mejor suerte que los reformadores. Un abrazo literario.
ResponderEliminarCreo que el científico vendió su alma al diablo disfrazado de inteligencia artificial.
ResponderEliminarAbrazo.
Escondido de la multitud.
ResponderEliminarBesos.
No quiero que llegue ese momento, aunque ya está aquí.
ResponderEliminarBesos.
Y el alma es más, lo sabemos... o lo esperamos
ResponderEliminarPaz
Isaac
Nada más esquivo que la propia alma (en el caso de que exista,claro)
ResponderEliminarSaludos,
J.
Mal vamos si permitimos ser suplantados por la inteligencia artificial. El científico olvidó ese detalle.
ResponderEliminarGenial! Siempre interesantes tus relatos.👏👏👏👏👏
Lo malo de la IA es que la puñetera "sabe latín" y nos mete siempre en líos... Bueno, a mí, no, porque yo de IAs no entiendo...
ResponderEliminarEso también lo pensé yo el otro día. El que escribe utilizando la IA ¿se siente satisfecho y orgulloso diciendo que es suyo?
ResponderEliminarMe parece vergonzoso.
Besos.
La IA es la lista de la clase ,y como tal no superará siempre si no sabemos ponerle freno . Aquí tu protagonista vendió su alma al diablo.
ResponderEliminarInteresante tu micro, hace reflexionar .
Un abrazo Julio David
Puri
El dilema entre un buen o un mal uso de la IA. En el caso de tu micro y el posterior anàlisis de Chat GPT me ha hecho pensar que bien usado puede ser muy útil y lo es porque ya la estábamos utilizando sin saber qué era y sobre los malos usos, en la escritura allá cada cual con sus engaños. A mi me ha recordado los casos de escritores reconocidos y/o mediáticos que se descubrió que sus libros los había escrito "un negro", de aquí un tiempo igual el negro es chat GPT.
ResponderEliminarUn abrazo
Leyéndote aprendo
ResponderEliminarEso es lo que cuando yo era pequeña se llamaba vender tu alma al diablo. Mira que me las monjitas eran insistentes con eso, pero yo les decía que mi alma no estaba en venta, ni aunque el diablo se me apareciera con la pinta pinturera de Errol Flyn vestido de espadachín, como en un sueño que tuve.
ResponderEliminarLa verdad, es que resulta muy inquietante que dejemos la creatividad y el Arte, y la vida misma en manos de estas máquinas, Julio, que no son más que un batiburrillo de algoritmos sin nada dentro.
A mí me da más miedo este cuento que lo que me contaban las monjas, y mira que eran tétricas.
Un placer como siempre, Julio. Abrazos,