Andrea un día volvió. Tal como se fue, volvió. El exmarido le preparó una fiesta de recibimiento. Esa tarde, los invitados, gente linda, quedaron boquiabiertos al reencontrarla. “¡ESTÁ VIVA!”. Y la rodearon para abrazarla. Andrea iba de la sonrisa a la risa. Hasta que empezaron los...“¡¿Por qué nos abandonaste?!”. “¡Económicamente tu casa se vino abajo!”. “¡Tu hija empeoró su adicción a las drogas!”. “¡Tu mamá, pobrecita, solo confiaba en ti para que le cambiaran los pañales!”. “¡Eres egoísta!”. En el punto más álgido de la interrogación, Andrea, silenciosa, se abrió paso entre la gente y, tal como volvió, se fue.
Recordé el capítulo de Los Simpson donde Bart se va de casa.
ResponderEliminarBuen relato, a veces ocurre así las personas migran de sus propios deberes y costumbres
ResponderEliminarGracias por tu huella
Muy bueno ja. Para reflexionar. Se perdona y listo o se debate la huida? ja, saludos!
ResponderEliminarEl peso de las responsabilidades puede más.
ResponderEliminarAbrazos
A veces somos piezas de rompecabezas que no encajan... y a veces es bueno que sea así...
ResponderEliminarGracias por tu preocupación por ti, estoy perfectamente mi amigo
Paz
Isaac
Bueno, qué te digo, a veces la rutina y el peso de las responsabilidades te supera.
ResponderEliminarUn abrazo
P.D. Lo último que recuerdo es que dejaste de actualizar hace mucho, no me di cuenta de tu vuelta
Si hay que aguantar el chaparron los primeros dias, vale. Pero si va a ser asi toda la vida, mejor bolver a largarse. Al fin y al cabo volvió porque en el sitio en que estuvo le fue peor.
ResponderEliminarAbrazooo
Perfida Andrea, que quiere vivir en paz...
ResponderEliminarLas razones para irse seguían vigentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
ay para huir sin volver !
ResponderEliminarCómo iba a quedarse después de tantos reproches.
ResponderEliminarYa echaba de menos tus micros.
Un abrazo.
Nos demandan demasiadas cosas en esta sociedad. Nacemos y nos exigen hacer "algo"
ResponderEliminarRegresar cuando se ha huido es peor que la propia huida. Incomprensible lo de los abrazos como recibimiento. Pobres gentes.
ResponderEliminarY como ha podido comprobar, mejor que no vuelva.
ResponderEliminarBesos.
El futuro llegó hace rato
ResponderEliminarTodo un palo, ya lo ves 🎶
El recibimiento no fue el más adecuado, desde luego.
ResponderEliminarUn abrazo.
felicitaciones por su blog
ResponderEliminarEl relato de impacto!
ResponderEliminarNo indagaremos mucho en las razones de tu ausencia... :)))))) No vayas a volver a desaparecer como Andrea.
Abrazos Julio.
Hola Julio David, sabia decisión la de tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Jajaja
ResponderEliminary ahi el cuento terminó
Es lo malo cuando te echan toda la carga encima y te hacen responsable del buen funcionamiento de todo. La pregunta es ahora ¿Regresará de nuevo?
ResponderEliminarAbrazo de bienvenida Julio.
Supongo que se fue agobiada, ahora vuelve y la hunden de nuevo aplastándola con culpabilidades... Puede ser el caso.
ResponderEliminarMuy bueno, como siempre.
A lugares así, mejor no regresar.
ResponderEliminarSaludos,
J.
No sé por qué el blogger no me reconoce como cuenta de google. En fin. Otro problema más.
Bueno, es que cuando hay obligaciones ya no puede uno irse así nomás.
ResponderEliminarAbrazo Julio.
Es mejor marcharse cuando empiezan a llover los reproches...
ResponderEliminarYo también lo haría.
Va, un abrazo.
Espero que estés bien.
No seré yo quien diga que está bien o mal su actitud. Buen tema de discusión para una tarde de otoño.
ResponderEliminarSAludos.
Pareja significa dos y para arreglar sus conflictos, la contrición del que erró y el perdón del afectado son lo único importante. Quien perdona acepta las consecuencias y quien es perdonado las acepta también, luego, la opinión de terceros (para bien o para mal) sale sobrando.
ResponderEliminarTu obra seduce a reflexionar cómo la presión del entorno social puede afectar las decisiones de una persona que busca enmendar, quebrando incluso su propio deseo.
En esta historia, hasta la misma Andrea creyó que volvía, pero, cuando los reproches “amicales” empezaron a sumarse y la censura de la gente comenzó a crecer, no resistió y no tuvo mejor idea que huir, porque su incomodidad, su fastidio, su hartazgo se hicieron más grandes que todo el amor que por su ex y por su familia sentía.
“Querer volver” no le fue suficiente, también tenía que estar decidida y mentalizada para luchar, enfrentar o soportar los obstáculos del camino. Los románticos dicen que el amor todo lo puede… quizás le faltó más amor.
En resumen, Andrea no volvió, solo estuvo de visita (y ni ella misma lo sabía)
Autor, felicito tu talento, he disfrutado mucho de tu relato. Gracias por ello.
Que divertido Me hiciste sonreir
ResponderEliminarExisten manzanas verdes que nunca madurarán, en algunas personas es lo mismo. Andrea no soporta asumir responsabilidades.
ResponderEliminarAbrazos Julio
Debió abofetearlos antes de volver a irse.
ResponderEliminarBien por Andrea y creo como Toro Salvaje que debería haberlos abofeteados a todos los que la juzgan sin ni siquiera interesarse qué fue lo que la agobió tanto para decidir desaparecer. Y luego de ponerse en su lugar, comprenderla.
ResponderEliminarUn micro excelente, Julio. Un crítica sutil, a la vez que feroz que como vemos tiene diferentes interpretaciones.
Un abrazo,
¡¡Hizo bien!!
ResponderEliminarPara que quedarse entre semejante gente. Muy buen texto.
mariarosa
Un aplauso
ResponderEliminarMe gusta tu osito bella cara
Astuta Andrea...
ResponderEliminarMe alegra leerte de nuevo
Paz
Isaac
También me hubiese vuelto a ir.
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