Hija, en la iglesia Santa Ana trabajaba un niño, Javier, vendiendo rosarios hechos por su mamá postrada en cama. Él era tan chico como tú, pero su alma era un ejército. Y me dolió saber que inhalaba pegamento porque eso lo terminó matando. Pero lo entendí: todos buscamos adormecer nuestras penas. Mañana nos sacudirá una tristeza más grande y para relacionarnos con ella cara a cara, debemos amistarnos hoy con la más pequeña. No es sano aferrarse al bienestar todo el tiempo ni correcto adoptar a otro gatito solo para que te sientas mejor. Llora al que murió sin miedo.
martes, 2 de marzo de 2021
Otro gatito
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Durísimo, la verdad, pero seguro que puede ser, o es, real
ResponderEliminarUn abrazo
Un crudo relato!
ResponderEliminarAbrazo Julio.
Casos como este, conozco de cerca. Algunos chicos estuvieron conmigo en el salón de clases; hoy esos Javier, ya no me piden un consejo como antes, ahora claman por una moneda inhalante. La escuela no hizo ni hace nada por prevenir este flagelo; yo tampoco hice lo suficiente, pero lo que mata es la indiferencia con nombres propios: Papá, mamá... Estado.
ResponderEliminarDisculpas si me extendí en mi pena ajena.
Tan bueno como duro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llorar es sano, creo, tragarse lágrimas no, cada pérdida requiere su duelo su tiempo y su espacio.
ResponderEliminarBesos.
Llorar sin miedo es difícil.
ResponderEliminarBesos.
Tan real como la vida misma, amigo
ResponderEliminarY los gatitos no suelen mitigar el dolor de verdad ni sirven de sustitutos.
ResponderEliminarAbrazo, Julio.
Qué duro, Julio David.
ResponderEliminarLlorar es necesario, como pasar el duelo ante cualquier pérdida, cada uno de distinta manera lo procesará hasta llegar ahí, aunque una parte de nosotros también se desvanece con ese adiós. No se puede buscar un sustituto, como tampoco vivir adormecidos ante esa emoción. Un relato que está lleno de dolor.
Un abrazo.
Que fuerte Julio David, y por desgracia muestra una cruda realidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Cuando alguien muere, se llora, y no siempre, pero ¿lo del miedo?
ResponderEliminarVa un abrazo.
Por temor a llorar y a que duela...
EliminarUn abrazo psicológico.
Hay cosas que no se pueden sustituir.
ResponderEliminarTambién pasa con algunas personas.
Besos.
Y es que algunos/as tienen ya una pequeña manada en su casa,...
ResponderEliminarLa vida es más dura si eliminamos de ella, la empatía, la magia, la imaginación, la compasión y el amor.
ResponderEliminarLlorar una pérdida no significa descartar cualquier resquicio para la esperanza.
Las personas más duras, aparentemente, suelen ser las que menos soportan los reveses ... Se les va la fuerza por la boca.
Tus micros nos hacen pensar, Julio, muchas veces sonreír, y en algunos momentos nos remueven por dentro.
Un abrazo,