Era una torre de madera que se inclinaba por el viento como árbol borracho, pero con raíces lúcidas para saber anclarse. Los vecinos la admiraban con terror, perplejos, mientras Mirko, guiado y motivado por la voz de Mirna, su esposa, trabajaba por alzarla cada día. Una mañana, carabineros y figuras de la tele rodearon la torre. Mirko se parapetó en las alturas. Entonces volví a recordar cuando él me confesó que esa voz lo llamaba desde el cielo. “Y qué dice”, le pregunté. “No sé, por eso me acerco a Mirna, por primera vez en años, para saber qué necesita”.
miércoles, 24 de febrero de 2021
Tarde (3)
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Da para pensar y reflexionar,abrazo.
ResponderEliminarEl otro camino era la Ouija pero suele fallar mucho.
ResponderEliminarMe gustaría saber qué le dijo al final Mirna.
ResponderEliminarBesos.
Uf, enigmático. Bueno, Mirna es enigmática, tan cerca del cielo
ResponderEliminarUn abrazo
Nos dejas reflexionando
ResponderEliminary preguntándonos que dijo
Mirna.
Besitos dulces
Siby
Parece que has conseguido lo que pretendías...
ResponderEliminar¡Dejar a todos perplejos!
Abrazo Julio.
No me sorprendería que, si por fin logra oír lo que quiere decirle Mirna, esta le recrimine haber prrdido el tiempo edificando esa torre torcida.
ResponderEliminarSaludos.
Siempre nos dejas pensativos...
ResponderEliminarContundente relato.
Enhorabuena.
Besos.
Con la tele por el medio no puede salir nada bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo que le llamaba. Oye... y... figuras de la tele???? O_O :-D
ResponderEliminarUn abrazo Julio David
Siempre los medios de por medio....
ResponderEliminarPaz
Isaac
A medida que la torre asciende, Mirna se aleja y la audición sigue siendo imposible.
ResponderEliminarUn abrazo.
No siempre sirve el dicho "más vale tarde que nunca"...
ResponderEliminarMirna debe estar muriéndose de risa en secreto. Bueno, muriéndose ya no, pero vengándose de esa escucha tardía seguramente sí
Un abrazo