Pablo creció mirando al cielo. Sus padres, de pequeño, le inculcaron valores positivos. La gente en su mayoría es gentil, la naturaleza entrega más frutos que tormentas y la felicidad sucede con solo desearla.
Carolina creció mirando al suelo. Sus padres, de pequeña, la influenciaron con malas experiencias: el mundo es un lugar hostil y los esfuerzos poco y nada se ven recompensados. No hay amor, todo es interés, la humanidad te quiere comer.
Tiempo después, en el trabajo, nunca coincidieron. Se sentaban juntos pero sin verse. De haberse conocido, habrían llegado a un punto en común que los enamoraría.
Le Prince Charmant ne rencontra pas la Princesse et ils n'eurent pas d’enfant...
ResponderEliminarMuy cierto. Dicen que los polos opuestos se atraen. De haberse conocido, habrían formado una pareja mucho más equilibrada que por separado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sus miradas no se cruzaron.
ResponderEliminarAbrazos.
Uno mirando al norte y otro mirando al sur jajajajs. En la variedad está el gusto.
ResponderEliminarUn placer volver a leerte.
Feliz semana.
Besos.
En el equilibrio está la sabiduría...¡pero es tan complicado conseguirlo!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Julio David.
ResponderEliminarMucho tiempo sin leerte.
Quién sabe, quizás llegue el día en que coincidan y simplemente se den cuenta que nada tienen que ver el uno con el otro, o no, pero creo que es muy difícil que personalidades tan diferentes se reconozcan, o entiendan.
Una trágica no historia de amor.
Un fuerte abrazo.
Pienso que si,abrazos.
ResponderEliminarEfectivamente los caminos se cruzan, pero no siempre se saben ver las señales que conllevan a la felicidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá cada uno tendría pareja ya, Carolina por necesidad y Pablo por gusto. Saludos.
ResponderEliminarUno mirando el cielo y otro al suelo, les habían educado para no darse cuenta de que entre uno y otro es donde está todo lo demás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entre el optimismo y el pesimismo ocurre la vida. No hay modo de descubrir su secreto sin mirarla de frente. Y se tropieza menos.
ResponderEliminarEncuentro un toque fantástico en este relato que me gusta mucho.
Un abrazo, Julio David
Dos mundos paralelos que nunca se cruzaron.
ResponderEliminarMuy real y demasiado común.
Besos.
Viven en diferentes horizontes
ResponderEliminary nunca se encuentran.
Besitos dulces
Siby
Lástima que no hubiera un punto medio. Tantos extremos...
ResponderEliminarBonito relato.
Un fuerte abrazo :)
Lo bueno de las historias de casi amor es que no pueden fracasar.
ResponderEliminarAbzo
Universos diferentes.
ResponderEliminarMejor que no se vieran.
No hubieran congeniado.
Dicen que los polos opuestos se atraen,... aunque quizás este no sea el caso,...
ResponderEliminarWao es muy cierto, que gran reflexión y genial historia, me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por tu paso por mi blog, saludos
Alguna vez me enamore de una Alondra y fue muy lindo.De otro blog llego al tuyo .Un abrazo desde Chile,
ResponderEliminarHabrían llegado a un punto medio, porque a esa edad de enamorarse los hijos ya no creemos en lo que nos cuentan los padres y empezamos a hacer nuestras propias medidas, o deberíamos.
ResponderEliminarAunque en mi experiencia los polos opuestos se atraen y suelen permanecer unidos. Yo no viviría con alguien como yo, qué predecible.
Como siempre, me ha encantado, muy ingenioso.
Un abrazo,
Creo que, de viejos, si se conocieron... Y dicen incluso que llegaron a amarse...
ResponderEliminarMejor. Así, sin penas ni gloria. No podrán añorar lo que desconocieron.
ResponderEliminarAbrazo.
Creo que les faltó perspectiva para comprender que no hay polos opuestos, sino dos enfoques complementarios de la misma realidad.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño.
Te digo que a veces creo que eres más cursi que yo, jajaja, que ya es demasiado. Me gusta lo que dice Alís, en eso está la vida.
ResponderEliminarPero sabes, siendo sincero me parece que tal disparidad no permitiría la compañía. Pero qué sé yo.
Abrazos.
Puntos comunes para empezar historias, y amar la vida.
ResponderEliminarBesos.
y quien sabe si un día se conozcan ,besos
ResponderEliminarAlomejor un día si.
ResponderEliminarCreo que ambas familias les inculcaron lo que pensaban y sabían, Como a tantos de nosotros. Pero la vida de cada quien no suele ser un calco de lo influenciado de niño. ¿Dónde quedarían las habilidades propias de cada uno?
ResponderEliminarTienes razón en que si se hubiesen conocido podrían haberse enamorado...
La "diversidad" del "otro" siempre es un acicate a descubrir.
Por aquí leo que te tildan de "cursi" :))))))) Y tú mismo en mi blog de identificas de "...Yo mismo, muchas veces, me doy cuenta que cargo un pomponazo, lo acepte o no. Jactarme de no ser vanidoso, es otra forma de vanidad." :))))))))
Curioso juego de palabras que despiertan una sonrisa.
Abrazos Julio.
Taj va de la mano ... uno quiere esto, el otro quiere esto.
ResponderEliminarHistorias únicas que ocurren a menudo en el mundo real.
Saludos.
Lo mejor, siempre, es nunca saber lo que se nos ha perdido.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Destinos paralelos, como ciegos obnubilados.
ResponderEliminarSaludos, amigo.
Trágica no coincidencia....
ResponderEliminarPaz
Isaac
Hola Julio David, qué bueno, es así, la gente adquiere parte de su carácter por influencia familiar, hay sus excepciones, claro. Pero las partes contrarias se atraen, así que hubieran salido unos chicos la mar de equilibrados jeje. Un abrazo, feliz semana
ResponderEliminarEsos terribles "hubiera". Lo que pudo ser pero no se dio.
ResponderEliminarQuién sabe... podían llegar a un punto intermedio.
ResponderEliminarSaludos