Uhhh...que fuerte esta entrada. De todas maneras hay aromas que llevamos siempre y que tienen que ver con nuestra madre, podemos percibirlos frecuentemente y seguramente son distintas formas de estar presente, ya que una madre, nunca abandona a sus hijos. Un abrazo Julio David y muy buen fin de semana.
Julio, que tremendo, cuando acabe de leerlo me lleve la mano a la boca y me tape el grito ahogado. Terrible. Es por esta fecha hallowinesca. Pero es terrorífico. Saludos
El futuro de los cuentos cortos ha llegado, me gusta la innovación. Quién lo diría leer un relato en un pantallazo de charla anónima de WhatsApp, aplausos!
Uhhh...que fuerte esta entrada.
ResponderEliminarDe todas maneras hay aromas que llevamos siempre y que tienen que ver con nuestra madre, podemos percibirlos frecuentemente y seguramente son distintas formas de estar presente, ya que una madre, nunca abandona a sus hijos. Un abrazo Julio David y muy buen fin de semana.
Julio, que tremendo, cuando acabe de leerlo me lleve la mano a la boca y me tape el grito ahogado.
ResponderEliminarTerrible. Es por esta fecha hallowinesca. Pero es terrorífico.
Saludos
Waooooo... Terrorífico el relato! ¿Será por la fechas? :))))))
ResponderEliminarSoy de usar incienso casi a diario... Y no, no encontraré jamás ese aroma que describes...
El de mi madre quedó, pervive, en las costas de la isla que la vio nacer!
Abrazos Julio.
Caramba, con lo bien que se desarrollaba la historia, con tanta ternura y romanticismo, para acabar todo en cenizas, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno,... al fin y al cabo es una forma de reencuentro.
ResponderEliminar¡Jolín , menudo final! Me ha dejado boquiabierta, pero es buenísimo el relato. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
Qué fuerte, ese uso racional de unas ceniza, no sé yo ¿eh?
ResponderEliminarUn abrazo
Qué macabro, como corresponde con las fechas.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo.
Humor negrísimo...Julio. Muy bueno,ocurrente y ¡ecológico!
ResponderEliminarA mí no me gusta el incienso, me recuerda mi niñez de rezos, que cansinas las monjas, y a lugares poco ventilados, ya ves.
Un abrazo,
¡Qué barbaridad! y me quedo corto en mi apreciación.
ResponderEliminarSaludo amigo.
Jojojoooo... Brutal!!!
ResponderEliminar¡¡¡Ufff¡¡¡
ResponderEliminarBesos.
Tremendo el final... Tremendo...
ResponderEliminarBrutal el pequeño diálogo. Al final me imagino la cara del interlocutor. Con la boca abierta por la pura sorpresa.
ResponderEliminarAbrazo, Julio.
Ah jijo.
ResponderEliminarPero pensándolo bien, tiene mucha lógica.
Abrazos
El futuro de los cuentos cortos ha llegado, me gusta la innovación. Quién lo diría leer un relato en un pantallazo de charla anónima de WhatsApp, aplausos!
ResponderEliminarExcelente remedio.
ResponderEliminarSaludos,
J.
jajajajajajajajaajaaj, entre tétrico y cómico
ResponderEliminarPaz
Isaac
Buffff vaya final sorprendente.
ResponderEliminarMuy original y actual la presentación
Besos