“Ya niños, es Halloween, pórtense mal y pásenlo bien”. Al poco rato de salir, mi hijo volvió corriendo junto a sus amigos. “Mamá -me dijo- la señora Marta dice que si le llevamos un gato, ella nos va a regalar un kilo de dulces”. “¿Un gato? ¿Y para qué?”. “No sé, pero Gonzalo le llevó uno y salió de su casa con una bolsa”. Sospechando lo peor, les ordené a que me esperaran y partí en busca de mi amiga. En el camino recogí un gato callejero. “Tonta -le dije- tienes que ser más discreta”. Y le pasé el felino.
jaja, es que la mente infantil es muy sabia. Y juguetona :-)
ResponderEliminarUn abrazo
"Truco y gato", para qué querrá el lindo gatito?
ResponderEliminarSaludos
Hay mucha bruja suelta por ahí, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡Aquí hay gato encerrado!!
ResponderEliminarAbzo
La noche de Halloween, con sus cosas extrañas y divertidas a la vez, la disfrutamos chicos y grandes por igual.
ResponderEliminarUn abrazo Julio David.
Mmmmmmmmm me suena a bruja,jajajaja,cariños.
ResponderEliminarEn Galicia se dice «Las brujas no existen, pero haberlas, "hailas"» y en Chiloé existe el dicho "las brujas no existen, pero que las hay las hay, caray" ... como para no creer en ellas!
ResponderEliminar¡Muy bueno! Ya va oliendo a Halloween.
ResponderEliminarFeliz domingo
Este trato olía a chamusquina.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo estimado Julio David.
jajajaja así, enseñando trucos. Aprenden rápido. Besos.
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