A sus 79 años, volvió a buscarla. Y no porque haya resurgido la pasión o la culpa: esas cosas las durmió el tiempo. Si la buscó, hasta encontrarla en un asilo de ancianos, fue para regalarle las cartas de amor que se escribieron hace seis décadas; las que encomendó a un enfermero para que se las entregase. Él ya comenzaba a manifestar síntomas de alzhéimer, y prefirió que la historia de ambos continuara viva en ella.
Desde entonces la mujer lee un trocito de esas cartas cada noche, preguntándose quién fue ese hombre que la quiso tanto en su juventud.
Ainsssssssssssssssss... me ha hecho suspirar, no hay caso, mi lado romántico se niega a desaparecer.
ResponderEliminarDicen los que saben que somos más lo que recordamos que lo que hemos vivido en realidad.
ResponderEliminarElla con esas cartas puede ficcionar para que entre el contenido de las misivas y lo que alcance a recordar el hombre que la amó sea como a ella le gustaría.
Un relato muy tierno, Julio, con la sombra negra de ese hacerse mayor sin delicadeza que ya me empieza a rondar.
Regreso embozada y extrañada de esta "nueva" realidad, pero sigo disfrutando y mucho de tus relatos, como si no hubiera habido de por medio una pandemia a lo grande.
Un abrazo,
Hermosa historia. Me imagine a ella leyendo las cartas con una dulce sonrisa en su rostro. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Qué bonito!
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste... y bonito
ResponderEliminarPaz
Isaac
La verdad que si, te quedó muy lindo el relato. Saludos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo un hermoso y preciado cajón de los recuerdos...
ResponderEliminarEl enfermero merece una paliza.
ResponderEliminarC'est la vie...
ResponderEliminarEse doble diagnostico. Muy bueno. Por cierto, ¿ y usted quién es, preguntaría ella?
ResponderEliminarUn abrazo
Bello y entrañable relato...
ResponderEliminarEsos "puntos y seguidos", necesarios para ella!
Abrazos Julio.
Los amores que fueron siempre quedan.
ResponderEliminarUn abrazo.
yo discrepo. creo que ella piensa que las cartas son actuales y se lo esta pasando chupi. y nosotros preocupandonos,,,
ResponderEliminarsaludosss julio
Hermosa historia,cariños.
ResponderEliminarAy, que relato tan bello.. Y tan triste...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué bonita y triste historia!
ResponderEliminarUn abrazo, Julio
Conmovedor relato. Hay que creer cuando escuchamos que hay amores que nunca mueren.
ResponderEliminarUn abrazo.
De vuelta por aquí me sorprendes con una deliciosa historia de amor. Muy intensa.
ResponderEliminarAbrazo.
simplemente...hermoso!!!!!
ResponderEliminarAun sin saber (o recordar) quién fue ese enamorado, puede hacerla feliz por unos momentos.
ResponderEliminarMuy bello y tierno.
Un saludo.
Los reuerdos regresaron, pero no sus protagonistas.
ResponderEliminarSaludos bonsais en crecimiento.
Muy profundo, tierno y real.
ResponderEliminarUn saludo.
Uff¡¡ Qué triste¡¡
ResponderEliminarBesos.
Dime, ¿qué fue lo que escribiste? ¿De quiénes nos contabas?
ResponderEliminar:P
Abrazo.
Una historia profundamente romántica que me conmueve.
ResponderEliminarTe envío un abrazo, estimado Julio David.
Una hermosa prueba de Amor.
ResponderEliminarHermosa historia, me encanta lo conciso que puedes ser y el impacto que logras en tu arte amigo, bien ahi!
ResponderEliminarQue bonita historia de amor, precisamente ayer escribí una entrada sobre la enfermedad de Alzheimer. Saludos
ResponderEliminarLas emociones y los sentimientos trascienden las identidades, la memoria y la vida misma.
ResponderEliminarAbzo
Hola Julio, que triste y a la vez bonito el relato que nos dejas.
ResponderEliminarBesos.
El tiempo va borrando todo...
ResponderEliminarPaz
Isaac
Que bonita historia, y cuanto sentimientos ocultos durante tanto tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo Julio David.
Puri
Qué melancólico. Y horroroso de imaginar a su vez.
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