Son compañeros de trabajo. Ella llega 18 minutos después y él 18 minutos antes. A ella le molesta tomarse tanto tiempo, y a él que le sobre. Y cada uno se preocupa a su manera: ella se retrasa, él se anticipa. A ella la despedirán por impuntual y a él, siempre, lo miran raro por ser innecesariamente puntual. (Este microrrelato podría tener 30, 50, 100 palabras. Es solo un número para expresar lo mismo). No coinciden en nada excepto cuando suena el despertador avisándoles de un nuevo día: ambos lo apagan de un manotazo. Les estorba el tiempo. Lo olvidan.
Eso lo hace el no disponer del dominio de su propio tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Solo coinciden en una cosa, en dar un manotazo al despertador. Y es que sienta mal cuando suena y hay que levantarse. Sobre todo cuando tienes un bonito sueño.
ResponderEliminarBesos enormes.
Peor el matrimonio de la majer de faena y del guardia de noche que nunca coinciden en la cama !
ResponderEliminarSe parecen ante el despertador, pero poquito más. Creo que es malo lo de llegar mucho antes, y peor lo de llegar después.
ResponderEliminarPor la puntualidad. Un abrazo
Un relato interesante. Unos tiempos que condicionan sus vidas... Ambos por extralimitarse. 18 minutos son muchos minutos. Si fuesen cinco, otro gallo, despertador, les cantaría.
ResponderEliminarBueno Julio, en algo sí coinciden. Parece ser que duermen juntos... :)))))))
Gran abrazo.
Yo siempre llego antes. Un beso
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs un secreto.
EliminarUn abrazo psicológico.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarY yo soy más discreto que tú. Por eso no le cuento a nadie jeje
EliminarBueno, cada uno es como es, pero si duermen juntos cada noche digo yo que en algo coincidirán que no nos cuentas.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno, me encantó.
ResponderEliminarBesos al alma.
Si tú tienes dos coches y yo ninguno, según las estadísticas los dos tenemos uno. Pues con los retrasos y adelantos de 18 minutos sucederá lo mismo: se compensarán.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me saturan las convocatorias, o los concursos, que ponen ese tipo de limitaciones, al igual que las temáticas. ¿Esa gente no sabe cómo funciona la literatura?
ResponderEliminarEn fin.
A nadie nos gustan los relojes destruye sueños.
Saludos,
J.
¿Qué convocatoria, qué concurso, qué limitación, qué temática? Nadie me avisó de eso para publicar esto. Lo que sí te sé responder es si acaso la gente sabe o no sobre cómo funciona la literatura. Mi respuesta es: no sé (dije que sé cómo responder, no que fuera certero jaja).
EliminarUn abrazo psicológico.
Cada uno se organiza como puede, pero 18 min tarde constantemente es imperdonable.
ResponderEliminarYo sugiero que se acueste a dormir 18 min antes...
La puntualidad es para mí fundamental.
Me hiciste recordarerecordar a Siegfried de Kaos, del Super agente 86, te acordás? Buscalo y verás como se ponía cuando esperaba a alguien y no era puntual.
Saludos
Te hice re-re-recordar varias veces a Siegfried de Kaos, parece jaja Conozco la serie, aunque si es por nostalgia tengo impreso a cómo Dr Claw acariciaba a su gato a la espera de que el Inspector Gadget fallara miserablemente (todavía más) sus planes.
EliminarUn abrazo psicológico.
Los dos tienen el tiempo limitado.
ResponderEliminarDesaparecerán.
(se oye una risa maléfica)
The End.
No.
EliminarMe parece genial la idea, y el final. En eso del manotazo al despertador nos parecemos muchos.
ResponderEliminarAbrazos
un relato sorprendente... que gran incógnita es el tiempo...para unos super disfrutable...para otros tirano.. en mi caso ni siquiera uso reloj jajaj Abrazo
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