Ando saltona porque toca viaje. ¡Y por crucero! Desde que empezó la pandemia me las he tenido que arreglar el triple para salir por el mundo. Antes me perdía oportunidades por tonta. ¿Ahora será por el coronavirus? ¡Ni loca! Nada me detiene, incluyendo esta tos que vengo disimulando con éxito. Me preocupa más no olvidar llenar las maletas, a pesar que las preparo varios días antes. Soy ansiosa. Ayer no dormí y esta mañana me amanecí para ver, por la ventana, cómo me despido de mi misma desde un buque de carga con destino, ojalá, a un lugar siempre soleado.
La imaginación lo puede todo. Un beso
ResponderEliminarLa ansiedad es como la pescadilla que se come la cola, por eso a esta ansiosa viajera nada la detiene, ni siquiera el coronavirus la priva de realizar su "crucero" al otro lado del ventanal.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo, estimado Julio David.
Hay que elegir un buen destino y dejarse la tos por el camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Teniendo imaginación para elegir, para pasar frío siempre hay tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, queda el recurso de que los mejores viajes son las que hacemos dentro de nosotros mismos...
ResponderEliminarEso dicen
Elegiste bien, un crucero. Puestos a viajar con la imaginación, estupendo destino
ResponderEliminarUn abrazo y feliz travesía
Espero que no se haya olvidado la crema solar...
ResponderEliminarPasar el tiempo : hacer las maletas, sonar de Tahiti y deshacer las maletas.
ResponderEliminarEspera que parto contigo...Un abrazo.
ResponderEliminarSoñar no cuesta nada y llena las horas, pero que se cuide la tos, que es real.
ResponderEliminarUn abrazo, Julio.
A esta viajera compulsiva no la detiene ni el coronavirus. Muy buen relato.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas ganas de viajar hay que tener para llevarse al coronavirus puesto... Esperemos que no sea el último y definitivo viaje :P
ResponderEliminar¡Un abrazo, tocayo!
En tiempos de pandemia no puede faltar el espíritu aventurero ni el traje ligero.
ResponderEliminarSaludos Julio.
Desde que comenzó la cuarentena ya he hecho un par de viajes a la Luna y visito mi tierra a menudo. Tanto, que ya no sé quién está cuidando mi departamento...
ResponderEliminarUn abrazo
Dan ganas de ahogarla.
ResponderEliminarSoñar es muy fácil y placentero. Lo duro es el despertar.
ResponderEliminarUn abrazo.
A ver si el ansia de viajar con tan peligroso acompañante, la lleve a la otra orilla literal, a bordo de la barca de Caronte.
ResponderEliminarUn abrazo virtual.
Ganas de viajar, de vivir, de sentir, de volar...
ResponderEliminarBesos