Ciertamente prefiero correr el riesgo y contagiarme, antes que vivir amenazado, aterrado en casa. Pero ya cagué. Perdí todos mis trabajos. Ahora sobrevivo de la caridad. Sin embargo familiares y amigos que te dan una mano, también van quedándose sin recursos. El Gobierno aconseja #QUÉDATEENCASA. Bueno, ¿y ustedes me ayudarán con todo? No exijo mucho, solo comer a diario. ¿Saben quién entiende nuestra angustia? Un narco que nos reparte cada semana una caja con mercadería. ¡Hasta mascarillas nos regala! Yo lo detesto, pero por favor, quien esté leyendo esto, vaya y cómprele droga. A mí se me acabó el arroz.
Lo primero es comer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un micro muy duro, pero que avanza lo que nos espera una vez que abramos la puerta de casa. Aunque la pademia es preocupante, lo que más miedo me da es lo que vendrá después a cuenta y por cuenta del coronavirus. Crisis económica insoportable, recorte de derechos civiles, carta blanca de los gobiernos que han descubierto en la crisis sanitaria la gallina de los huevos de oro, puff... Un abrazo!
ResponderEliminarEs crudo tu texto y muy real. Siempre hay quienes hacen su agosto cuando la necesidad impera, y lamentablemente no hay respuestas. Nos dicen quédate en casa, nos dicen ánimo y esperanza... y mientras tanto vamos echando a la olla los últimos granos de arroz que hemos podido comprar.
ResponderEliminarMe parece muy bueno tu texto
Un abrazo
La angustia de la incertidumbre, de no tener trabajo, ni futuro, de no tener qué comer .
ResponderEliminarBesos enormes.
Muy real, leía eso, que los narcos están alimentando al pueblo en algunos países, y tiemblo, pero si los gobiernos no saben o quieren ayudar a sus ciudadanos, pues ya sea ONG o estas mafias, alguien tendrá que hacerlo.
ResponderEliminarDurísimo y casi real textualmente. Un abrazo
No nos dejemos caer en la angustia... Habra que pensar que no hay mal que dure mil años...
ResponderEliminarUn abrazo
Todas clases de negocios.....
ResponderEliminarImpactante tu texto, precisamente por lo que hace pensar.
ResponderEliminarUn abrazo.
A grandes males, grandes soluciones. No estoy seguro de que ese sea el verdadero refrán, pero bien pudiera ser.
ResponderEliminarUn abrazo.
La otra cara de la moneda. Un beso
ResponderEliminarLas dos caras de la moneda. Lo de quédate en casa se entiende cuando se tiene la despensa llena y un sueldo a fin de mes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta cuarentena está siendo terrible en todas partes , pero en algunos países más que en otros. Muchas familias si no mueren de hambre morirán atrapados por las mafias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pienso que lo primero es la salud, más en una enfermedad sin medicamentos directos. La economía es otro problema grave pero también saldremos.
ResponderEliminarSAludos.
Ya se ha demostrado en situaciones de crisis anteriores que la droga es el recurso capaz de dar de comer a unos y matar a otros tantos al mismo tiempo. Una dolorosísima paradoja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las cadenas de sucesos y consecuencias tienen montones de eslabones, a veces impensables. Tu micro pudiera parecer una broma, pero es una profunda reflexión... Me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¡Un abrazo, tocayo!
El coronavirus mata pero el hambre obliga a matar.
ResponderEliminarUn gobierno irresponsable también destruye lo que encuentra a su paso.
Te dejo un abrazo estimado Julio David.
Tremendo y cierto, los gobiernos sueltan sus slogans y la hacen fácil, pero hay que seguir pagando cuentas y comer.
ResponderEliminarMe gustó la dura ironía del micro.
Un abrazo, Julio.
Tan cierto Julio. Las caras de la necesidad.
ResponderEliminarAbrazos.
Buen dicho Julio te hecho de menos amigo soy una ingrata lo sé, la peor... Esperaré pasen unos años más, si es que sobrevivimos voy a desafiar al fin del mundo antes que llegue... Jaja saludos✌️
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