El barco se hundía. La tripulación a cargo de los poquísimos bote-salvavidas anunciaba: “¡¡¡Mujeres y niños primero!!!”. Rodolfo no era eso ni lo otro. Aunque sí muy 2020. Se acercó al oficial que coordinaba la ayuda y dijo: “No se confunda ni me discrimine por mi bigote; yo me identifico como mujer, exijo ser rescatada”. Rodrigo opinó igual. Y Gonzalo. Y muy luego la demanda se multiplicó en cientos de hombres que se afirmaban mujeres, agolpándose, con ellas, para abordar las naves. “¡¡¡O se salvan todes o nadie!!!”, gritó uno. O una. O une.
Al final sobrevivieron los puros niños.
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Tu relato me ha hecho sonreír, pero la verdad es que estamos llegando a un punto que eso del sexo masculino y femenino se está quedando corto.
ResponderEliminarUn abrazo, Julio
Me ha gustado el relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
No entiendo por qué no ponían precio a los billetes para coger barca y ya está.
ResponderEliminarAbrazos.
Jajaja... muy bueno, Julio. Lo del feminismo a ultranza (me considero feminista, pero no me identifico con esta versión actual) y la ridiculez del lenguaje inclusivo, da para ironizar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con tanta filosofía progre y muy de 2020, lo cierto es que ni unos ni otras se pusieron de acuerdo y al final mujeres y hombres ahogados.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo amigo Julio David.
Lo has Cambiado. Yo ayer lei otro y dejé mi comentario, pero no está.
ResponderEliminarUn beso.
Me has sacado de dudas, porque me había parecido lo mismo y estaba confuso.
EliminarSí, lo ha cambiado por ésta otra entrada, ya te lo digo yo, Chema.
EliminarUn abrazo.
Pues está genial, amigo. Qué ingenio, sea o no políticamente correcto :-)
ResponderEliminarPor los botes salvavidas, que pongan los que se necesitan :-). Un abrazo
Les problèmes du genre !))
ResponderEliminarA partir de ahora deberían haber botes salvavidas para cada identidad o condición sexual, o sea un montón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Magnífico micro, Julio David. Has condensado en unas pocas líneas el nivel de absurdidad al que estamos llegando con tanta corrección política. Y, además, lo has hecho con una fina capa de humor para darle más brillo a tu denuncia. Bravo.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Los niños heredarán el mundo que nos encargamos de destruir.
ResponderEliminarY, con un poco de suerte, vivan mejor que nosotros.
Saludos!
J.
La tontería será la causa primera que originará el final de la especie. Eso y la estupidez infinita.
ResponderEliminarLos niños se salvan porque todavía son inocentes.
Un abrazo.
En mi tierra decimos... "O medo é libre"...
ResponderEliminarHola! Vengo a visitarte, qué bonita casa tienes! Me quedo por aquí. Me alegra que se hayan salvado los niños en tu relato, se lo merecen. Ahora, tanta igualdad que se pide, se va creando tal confusión que ya no se sabe quién es quién. Un saludo.
ResponderEliminarA ver... eso de los niños primero es discriminatorio.
ResponderEliminarLo justo sería los toros primero...
Saludos y olé.
Esto de las progresias me tiene un poco confundido... O confundida... O confundide... No se, sa o so...
ResponderEliminarUn abrazo
Ja, ja, ja... Al menos, los que siempre deben ser salvados son los niños. Con la esperanza de que tengan más sentido común que sus ascendientes. En fin... Me ha hecho gracia ese uso final de la "e" como letra de neutralidad. Por la Red he visto que lo suelen usar los muy "comprometidos con la causa". A mi me parece rizar el "rice" de la tontada. Un abrazo, una abraza y une abrace!!
ResponderEliminarjajajajajaja
ResponderEliminarEsto del lenguaje inclusivo y la igualdad tiene sus consecuencias.
Un abrazo
Cuando el absurdo cobra vida... pasa lo que pasa después.
ResponderEliminarGenial tu micro! Muchos aplausos 👏🏼👏🏼👏🏼