Me preguntaron cuándo fue la última vez que lloré viendo una película. "Nunca", respondí. "Quizás cuando niño, pero no me acuerdo". Creyeron que me hacía el macho. Para peor, les comenté que ni con las noticias me pasa: como mucho frunzo el ceño. Y eso que ahí la gente no recibe un sueldazo por interpretar calvarios ni coreografiar muertes ni otras desesperanzas y fatalidades. Creyeron que me hacía el indolente.
Sin embargo este domingo sí sentí pena viendo algo frente la pantalla. Fue después de apagarla cuando, sin más que hacer, me quedé pegado viendo mi reflejo. Sentí terror, también.
Sin embargo este domingo sí sentí pena viendo algo frente la pantalla. Fue después de apagarla cuando, sin más que hacer, me quedé pegado viendo mi reflejo. Sentí terror, también.
Canción "Vicarious" - Tool
Puede ser una imagen aterradora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSegún el reflejo que nos devuelva un cristal, podemos llegar a sentir pavor.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Julio, tan feo eres?:), terror no, pero si puede dar tristeza al vernos reflejados.
ResponderEliminarBesos.
Según la psicología actual, a este trastorno se le denomina autofobia. Aunque lo que más llama la atención es que va en aumento, pues el problema viene porque cada vez nos cuesta más quedarnos a solas con nosotros mismos.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo, estimado Julio David.
A muchos les pasa que tienen más pena de sí mismos que de las crueldades o desgracias que pasan en el mundo. ¿Pero terror... qué habrá visto?
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá la acumulación de lágrimas deterioró el reflejo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Julio.
Abrazos.
Espejo fatal...
ResponderEliminarNuestro propio reflejo puede ser terrorífico si es que llevamos mucho tiempo sin vernos. Podemos llegar a ser para nosotros mismos unos verdaderos desconocidos.
ResponderEliminarAbrazos, Julio.
Los reflejos están poseídos.
ResponderEliminarCuando voy al espejo hay un tío ahí que no conozco de nada y que no hace más que imitarme todo el rato... un día le voy a dar...
Pantalla mala, de seguro te jugaba una broma
ResponderEliminar😗
Los resortes emocionales de cada uno son absolutamente personales. A saber qué veía o qué echaba de menos tu prota en ese reflejo que le devolvía el televisor...
ResponderEliminarUn abrazo, tocayo :))
Si algo tengo claro es que los espejos, por naturaleza, son malignos...
ResponderEliminarQuizás vio la razón por la que nunca lloraba, él mismo.
ResponderEliminarAterrador micro, Julio David.
Un fuerte abrazo.
Creativo Julio.
ResponderEliminarAbrazos.
Esa autoestima, ese cómo nos vemos en el interior, más allá de nuestro cuerpo físico ... cómo y cuánto nos gustamos y nos queremos va a acabar con nosotros!
ResponderEliminarVaya con el espejo y lo que devolvía...
ResponderEliminarDesde luego un micro con muchas posibles interpretaciones.
Besos
Qué bueno, Julio David. Un micro redondo para mostrar que casi todos los infiernos están dentro de nosotros. Y es que mirarse a uno mismo es algo inquietante. Me encantó. Un abrazo!
ResponderEliminar