Son dos. Y ambos bien conocidos por los vecinos. Fíjate, entre más mala fama se hace uno, más se le santifica al otro. Y no es para tanto, tampoco. Digamos que el buen hijo no da problemas con los vicios, aunque no dije que no tuviera ninguno. Sí, se le ve regar el jardín, barrer la calle, se le ve pasear con la mamá; lo que no quita que robe de su pensión. Y nadie se lo creería, a fin de cuentas es “el buen hijo”, ¿no? Es que es muy fácil ser buen hijo: solo consiste en ser discreto.
Ser anodino no es sinónimo de buena persona. ;)
ResponderEliminarUn Abrazo.
El buen hijo cabrón...
ResponderEliminarSaludos.
Completamente de acuerdo con el interrogante final y resumen del mensaje tan revelador de un hecho flagrante, como ese robo de pensión, pero que a los ojos de los demás continúa siendo un buen hijo por ser tan «perfectamente discreto».
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el mensaje subrayente de cara a esos prejuicios tan erróneos y en cuanto a la forma, una vez más la bordas.
Recibe un abrazo de mi parte, Julio David.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCon frecuencia el bueno es el que mejor se adorna, pero es mucho más borde que el otro.
ResponderEliminarSaludos.
¡Ay! Es que la bondad es algo tan voluble y con unos límites tan difusos. Me picó la curiosidad por conocer al "mal hijo", je, je, je... Buen micro, Julio David. Un abrazo!!
ResponderEliminarTendremos que conocer al otro. Quizá también viva a costa de la madre y ni siquiera pasee con ella ni le riegue el jardín.
ResponderEliminarLa hipocresía es uno de los peores defectos. El hipócrita que se hace pasar por "bueno", en la forma como lo relataste, es alguien que no tiene amor.
ResponderEliminarUn abrazo, Julio.
En este mundo las apariciencias lo son todo. Ya lo dice el refrán: unos cardan la lana y otros crían la fama. Y qué decir de las etiquetas. Como te coloquen una ya puedes hacer el pino con las orejas que no te la quitas jamás. El "arte" está en que la etiqueta te sea favorable.
ResponderEliminar¡Un abrazo de martes, tocayo!
Como dice el refranero español: Unos crían la fama y otros cardan la lana. No todo es loi que parece, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las apariencias engañan y en este caso no por se bueno se es mejor que el otro.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
Puri
Ya veo que han usado el refranero español al completo, y es que es una caso claro de "no es orro todo lo que reluce"
ResponderEliminarAdemás los que la mayoría consideran "buenos tipos" suelen ser una pandilla de hipócritas como el de tu relato.
A mí me gustan más los hijos malos, porque lo primero que sospecho cuando alguien los califica así, es que estos hijos malos tiene criterio propio y hacen lo que les parece que tienen que hacer no lo que "deberían" hacer.
Uy, qué rollo, Julio, me voy a ver de nuevo la recomendación que dejaste en mi blog, que me llevó a ver también a un tipo que estaba súper f2liz porque se había librado de los ruedines de su bici. Soy como una chiquilla, me reí.
Un abrazo,
Cría fama y échate a dormir...
ResponderEliminarLa discreción es una valor abocado al olvido, a pesar de los beneficios que reporta.
ResponderEliminarAbrazo
Qué cierto Julio, sólo hay que ser discreto. No llamar demasiado la atención y listo.
ResponderEliminarAbrazos buen amigo.
Lo mejor es pasar semioculto... Vamos hacerse uno el bobo un poco. Solo un poco, eso si...
ResponderEliminar¿Dónde se aprende eso de ser discreto?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Qué facilidad tenemos al juzgar, solo viendo lo que se nos muestra, pero no conociendo la verdad.
ResponderEliminarMuy bueno, Julio David.
Un abrazo, y feliz semana.