Miguel caminaba abismado. No se percató de la alcantarilla destapada hasta que cayó en ella. Cuando despertó de la inconsciencia se encontró atrapado en un agujero que no daba a ninguna parte. Sin siquiera espantarse, la tranquilidad de tal inaudita circunstancia lo calmó por completo. Ahí, perdido en esa soledad, lejos de todo y todos, encontró la paz mental exacta para aligerar el peso de la existencia.
No gritó pidiendo ayuda.
Bien entrada la noche un peatón supo de su accidente. Le preguntó si estaba bien y a Miguel le hubiera encantado responder “mejor que nunca”. De verdad. Sin sarcasmo.
Hay gente para todo... No me extraña nada...
ResponderEliminarUn abrazo
Una manera de encontrar paz, pero prefiero otras :-)
ResponderEliminarUn buen texto, Julio David. Un abrazo
...y porque no ?
ResponderEliminarEres capaz de imaginar personas todavía más raras que yo.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato.
Un abrazo.
Hay personas que se encuentran así mismas en cualquier lugar y circunstancia.
ResponderEliminarAbrazo.
A veces una pequeña circunstancia ayuda a encontrar la propia paz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada cual tiene sus circunstancias y se toma las cosas a su manera. Yo no comparto la forma de encontrar paz de tu protagonista, pero si a él le va bien... :))
ResponderEliminarOriginal y sorprendente, como siempre.
¡Un abrazo, tocayo!
Es que lejos de todo y de todos hay mucha paz.
ResponderEliminarDoy fe.
Yo le creo. Y hasta le envidio.
ResponderEliminarBesos
Cada uno con sus circunstancias,... Por cierto, conozco un caso real,... pero la persona era tangorda que se quedó atascada en la cintura,... digamos que alcanzó un medio estado de meditación.
ResponderEliminarJa, ja, ja... De algo así viene el dicho de "Tierra, ¡trágame!" Cuando nos encontramos hasta el gorro y buscamos algo que nos saque de la concreta situación. A veces la paz la encontramos en el lugar más inimaginado. Un abrazo, Julio David!
ResponderEliminarQué buen micro, qué fuerte, resulta que en vez de estar angustiado, lo que está es en paz allí él solo jajajaja, muy bueno.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Un encuentro consigo, ¿hay mayor paz que ese momento?
ResponderEliminarAbrazo
El pobre debía vivir muy deprimido y en pésimas condiciones. Así pues, no hay mal que or bien no venga.
ResponderEliminarUn abrazo.
El pobre hombre necesitaba un "descanso", desde luego es de los de ver el lado bueno de las cosas.
ResponderEliminarBesos
Como metáfora de ciertas situaciones en la vida, la vida misma, algo incómodo. "negativo", dramático, señala que surgen oportunidades que permiten el encuentro consigo mismo, la comprensión de la situación y, su aceptación. Siendo ésta no lo aparente, sino la realidad más profunda!
ResponderEliminarAbrazo Julio.
A veces renegamos de nuestra suerte y proferimos improperios por lo que nos ha pasado, es el tiempo el que nos aclara que fue positivo.
ResponderEliminar¿Por qué hay que dar por seguro que todos queremos/necesitamos lo mismo para estar a gusto con uno mismo?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Uff, creo que este relato no tiene nada de real. Imposible una reacción así. Pero buena carga simbólica. Un abrazo.
ResponderEliminarLA ARDILLA VEROSÍMIL (Ana María Shua)
EliminarUn hombre es amigo de una ardilla que vive en el jardín de un conocido financista. Trepando de un salto al alféizar de la ventana, la ardilla escucha conversaciones claves acerca de las oscilaciones de la Bolsa de Valores. Usted no se sorprenderá en absoluto si le cuento que el amigo de la ardilla se enriquece rápidamente con sus inversiones.
Pero yo sí estoy sorprendida. No dejo de preguntarme por qué usted está tan dispuesto a creer, sin un instante de duda, que una ardilla pueda entender conversaciones claves acerca de las oscilaciones de la Bolsa.
El infinito expresado en este genial micro, es decir: principio y fin convergiendo en el mismo punto.
ResponderEliminarEl título de este micro mi querido Julio David,a mi modesto entender debería ser: "Punto de fuga".
Saludos infinitos.
Cada uno encuentra la paz donde puede y mira por donde tu protagonista la encontró sin buscarla.
ResponderEliminarUn micro muy bueno.
Te dejo un abrazo
Puri
Disculpa el lapsus, Julio David, pero accedí al blog desde el de mis compañeros de Consciencia y Vida.
ResponderEliminarAprovecho para saludarte de nuevo y enviarte un abrazo.
Cuando era chica, no me acuerdo la edad, mi amiga se cayó por la alcantarilla igual que la foto. La rescataron enseguida. Aún recuerdo esa desesperación. Íbamos caminando ha y hablando hasta que se cayó de repente. Solo se araño un poco la cabeza..... niños.
ResponderEliminarSaludos
Lo importante es que Miguel encontró la paz mental que necesitaba, así que nos alegramos por él. Muy bueno, Julio David.
ResponderEliminarUn abrazo.