Una mano tapó su boca. La mujer apenas pudo reaccionar. Quiso girarse pero el hombre se lo impidió. La otra mano levantó su falda, corrió su ropa interior y de pie la penetró por atrás. La mujer se dejó embestir. Fue un encuentro violento, rápido, silencioso. Al acabar, él desapareció y ella siguió en su quehacer. Primera vez que tenía sexo en la cocina.
Sin embargo ¿quién fue? Ese fin de semana los visitó el amigo de su esposo.
Encontró la respuesta quedándose un domingo de madrugada en la cocina, también de espalda, esperando a quien sea que se aparezca.
Podría ser el esposo, claro, pero no parece :-). No sé qué haría yo, pero girarme seguro.
ResponderEliminarUn abrazo
Oleeee, un giro y una embestida muy singular.
EliminarLa segunda vez le dejó libres las dos manos, porque ya no tenia que taparle la boca con una de ellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que aclarar las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tal vez al verlo de frente se decepcione porque no es quien ella esperaba... Besotes!!!
ResponderEliminarEl factor sorpresa no es exclusivo de algunos deportes. Saludos van.
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