Sentados bajo un árbol, sobre el hombro de Cintia aterriza una hoja. La tomo
y le rozo la cara. Así despierta. Se la muestro y sonríe. Y cae
una segunda, acomodándose en mi cabeza. Ahora soy yo quien no se
aguanta la risa y, sin levantarnos, miramos arriba: multitudes de
hojas descienden, tranquilas, sobre nosotros. Una luz solar templada
se filtra entre ellas, iluminando a intervalos el desplome, el baile
de hojas tostadas que nos llueve, acaricia y rodea. Es todo tan
bonito y extraño, que nos dejamos cubrir por completo por la
hojarasca.
Cuando
salimos ya es, anticipadamente, invierno.
Canción "Un instante antes" - Jorge Drexler
Imagen preciosa de lluvia de hojas sobre un par de niños. no importa de qué edad.
ResponderEliminarMuy bonito. Me encantó. Un abrazo
Precioso, casi poema.
ResponderEliminarUn saludo.
Si es que el tiempo vuela cuando se está en buena compañía. Besotes!!!
ResponderEliminarMe gustan los relatos que escribes con tanta ternura.
ResponderEliminarBesos
Describir la llegada del invierno de forma hermosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
A hibernar se he dicho.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces sucede eso... Por la mañana es otoño y, de repente, sobre todo los lunes, nos topamos con el invierno...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Hay que disfrutar de los momentos agradables sin que el tiempo importe.
ResponderEliminarAbrazos.
Es lindo cuando las cosas son bonitas pero extrañas, o así nos parecen por lo extraordinarias que nos resultan. Muy lindo Julio.
ResponderEliminarAbrazos.
Cuando uno está enamorado da igual que caigan hojas que granizo...
ResponderEliminarSaludos.
¡Ay, de esos momentos mágicos! De esos instantes que se nos graban a fuego de por vida. Hermoso micro, Julio David. Un abrazo!!
ResponderEliminarLos amantes relajados, esa luz filtrada, la lluvia de hojas tostadas y la risa...
ResponderEliminares tan visual y romantico tu relato como hermoso, Julio. Hoy dejaste aparcado tu ironía oscura y juguetona y nos invitaste a este otoño-invierno especial.
Me encanta el otoño y me parece fascinante el proceso de los árboles desnudándose, el sonido de las hojas cuando las pisas o cuando rozan el suelo movidas por el viento...Su plasticidad cuando se arremansa o amontonan.
Depués de la magia del otoño llegó el invierno, pero no hay inviernos desolados si tienes una mano a la que asirte en cualquier lugar y momento.
Me encantó tu comentario en el Almacén. Nos complicamos la existencia, y quizá sólo necesitemos un poco de luz y saber dónde enfocar.
Un beso,