Al final el Padre Alberto pidió traslado. A pesar de su juventud, tenía un alma vieja: creía en los valores cristianos como único modelo para transformar, por millonésima vez, el mundo. Por lo mismo era fácil ponerlo en jaque. De hecho le bastó el primer caso que atendió en el confesionario (una tarde de reemplazo), para cuestionarse colgar el hábito.
“Padre, mi marido resultó ser gay. Si mi hijo naciera homosexual ¿no sería mejor abortarlo antes para evitar su condena en el infierno?”.
No supo bien qué decir. Se comprometió a responderle al domingo siguiente, pero ese domingo se fue.
Con lo fácil que era decirle. Disfruta de tu hijo y no pienses en tonterías.
ResponderEliminarUn saludo.
Preguntas como esta pueden ser el revulsivo perfecto para que algunos sacerdotes se replanteen su futuro dentro de la Iglesia. Abrazos.
ResponderEliminarMenuda pregunta para el Padre Alberto. Me hubiera gustado oir su respuesta.
ResponderEliminarUn beso, Julio D.
Hola David , muy buena pregunta , si no le contesto en ese mismo momento , es que se estaba sopesando colgar los hábitos , muy buena tu entrada , besos de flor.
ResponderEliminarLo mejor que puede hacer es salir corriendo y practicar la ayuda y la contención al prójimo fuera de un lugar tan rígido como la iglesia.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Julio.
Como eran los hijos del padre Alberto ?
ResponderEliminarEso sí que es ponerlo en un brete al hombre... Besotes!!!
ResponderEliminarVaya bruta la mujer y qué necio el cura... si no sabía responder a eso, es que tenía muy poco corazón debajo de la sotana y nada de seso en su cabecita.
ResponderEliminarUn micro sin desperdicio, enhorabuena, Julio D.
Besos
Qué buenas siguen siendo tus pequeñas joyas Julio. Y espero sepas que no exagero. Cuánto das para pensar con tan pocas líneas. Siendo un hombre coherente tu personaje ha hecho lo mejor que podía.
ResponderEliminarAbrazos buen amigo.
La ley de Dios no es la misma que la de los hombres. pero es que los hombres interpretan como quieren esa ley que ante todo radica en el respeto, la lógica y la aceptación de los principios fundamentales. Nos encorsetamos y perdemos de vista lo fundamental.
ResponderEliminarMaravilloso mensaje de coherencia en este caso.
Un abrazo.
Desde luego una pregunta a la altura de semejante reflexión. Ese es el problema de la intolerancia, que cuando se pone lógica demuestra su sinsentido. Brillante micro, Julio David. Un abrazo!
ResponderEliminarUn buen micro David, esa pregunta sobraba. El cura no se atrevió a contestar.Un abrazo.
ResponderEliminarMejor dejarlo si tiene que tomarse una semana para responder a eso.
ResponderEliminarSaludos.
Buenísimo!!!
ResponderEliminarY sí, mejor que cuelgue los hábitos...
Puedo imaginar el cerebro del padre Alberto haciendo sinapsis a toda velocidad para encontrar una respuesta, ¡pobre!. Me da pena que haya colgado los hábitos, porque la respuesta está tan clara...
ResponderEliminar¡¡Buen micro, tocayo, incisivo hasta el límite!!
Un abrazo y feliz comienzo de finde.
Buf no fue capaz de responderlo.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos.
El pobre padre Alberto tenía un conflicto entre la caridad cristiana y los consignas de su rígida y anticuada cúpula religiosa. Hizo bien saliendo de allí, porque seguro que una mujer que hace esa pregunta no vale el esfuerzo de una "batalla".
ResponderEliminarUna breve e incisiva crónica que nos cuenta más de lo que dice. Genial.
Un beso,
jajajaja. Es que hay preguntas que ni Dios sabe responder. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
"La fe no nos dará todas las respuestas", o algo similar.
ResponderEliminarEn fin.
Saludos,
J.
Siempre he sospechado que los curas, en sus estudios, tendrian que estudiar algo de Psicologia... Y no tanta Teologia...
ResponderEliminarHola Julio David.
ResponderEliminarAntes de nada valorar tu habilidad para hacer fortuna, no teniendo que dilapidarla euro a euro, al no tener que pagar peaje por los errores de equivocar un nombre jajjajajajaja…
Respecto al tema que tratas hoy… Hay ocasiones en que hecho de menos tu presencia en el ruedo, tus respuestas a lo que planteas, que como Miuras (toros de lidia) dejas para que otros toreemos… jajjajajajaja…
Vayamos al grano. Lo de juventud y alma vieja es muy cierto. Así es la vida según la enfrentamos. Venimos “disfrazados” de la función que vamos a intentar desarrollar pero no podemos obviar lo que realmente somos!
Si realmente hubiese creído en los valores cristianos, los reales, los que enseñó aquél, y no en el teatrillo religioso en que se ha convertido la iglesia y sus valores, ¡no se hubiese hecho sacerdote! ¡Pues ahí nada tiene que hacer!
Y al hilo del teatrillo montado en el confesionario…, solo cabe señalar que la mujer, su marido, su hijo, el padre Alberto, los conceptos, las dudas y las “verdades” son todo lo mismo.
¡La expresión de ESO manifestándose a sí mismo! ¡O sea Tú!
Fuerte abrazo amigo.
echo!
EliminarTambién repaso pero se ve que tarde...
ResponderEliminarPara mucha gente mayor, "chapada a la antigua", ha sido muy difícil cambiar su mente y reconducirla hacia los valores actuales. Entiendo las luchas interiores de muchas conciencias, quizá es mejor huir que dar un consejo erróneo.
ResponderEliminarSaludos
Con lo fácil que es centrarse en lo que importa, en el amor y el respeto por los otros sobre todo nuestros hijos con independencia de cómo y a quién decidan amar.
ResponderEliminarExcelente ese lanzar preguntas y el ex curita escabullirse jajaja
Besos
Que buen relato!!!!!!!!! Ha descolocado al cura y con razón!
ResponderEliminarSos único!
Se fue... con ella :)
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