miércoles, 22 de noviembre de 2017

Tragicómico

Me invitó a caminar a orilla de playa. “Ahora esto me hace sentir bien -me dijo cuando nos detuvimos a mirar el ocaso-: esto me llena de tranquilidad. Aprovecho igualmente para disculparme por todas las cosas que te robé”. Lleva un año sobrio, sin drogas sin alcohol sin fármacos. Incluso en sus crisis de abstinencia llegó a inhalar productos químicos domésticos, todo con tal de aliviar la carga de la existencia, tapar vacíos inconmensurables, engañarse. “Dame un atardecer y un café, y soy feliz”. “Pero cuidado -le advertí- que a la cafeína también uno puede volverse adicto”. Y se suicidó.

25 comentarios:

  1. Ohhhhhh! =((((

    saludos....s!

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  2. Vaya! Le duró poco.
    Saludos.

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  3. Pensaría que si se quitaba la cafeína le dirían que también uno puede volverse adicto a los atardeceres. Demasiado acorralamiento.
    Saludos.

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  4. Adicta a la literatura incluido la bonsai, grave doctor ?

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    Respuestas
    1. Es grave. Qué digo grave... gravísimo! Jaja

      Un abrazo psicológico.

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  5. No todas las adicciones son igual de perniciosas, y yo diría que todos tenemos alguna a la que no vamos a renunciar nunca. Igual si a mí me las quitaran todas también acababa "yéndome".

    Un final de impacto, tocayo. Me ha dado pena, la verdad.

    ¡Saludos de jueves!

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  6. ¡Madre mía! Pobre hombre, es que no nos podemos quitar todas nuestras adicciones. A mí también me quitan el café, y no me suicidaría, porque me moriría de sueño.
    Un besillo.

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  7. Uf, madre mía, qué amanecer más desperdiciado, caramba

    Un abrazo

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  8. Con lo bien que iba la cosa. Menudo corte.
    Un abrazo descafeinado.

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  9. ¡Hola Julio David!
    Por desgracia hasta que "tocó fondo" no acabaron sus adicciones.

    Saludos adictivos, pero sin llegar a más. :))

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  10. Ay, pobre... Hay que medir siempre mucho las palabras. Besotes!!!

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  11. Un clavo saca otro clavo, creo que reza el refrán. Y desde luego quien tiene esa tendencia a la adicción da igual con qué sustituya una u otra. Siempre llegará a obsesionarse. Y la obsesión siempre es nociva. Brillante micro, Julio David. Un abrazo!

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  12. Qué pena, pobre hombre. Y qué difícil el tema que tratas.
    Un abrazo.

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  13. A veces quiere uno ayudar de alguna forma y mete la pata con un pequeño comentario.
    Grandioso como siempre Julio.
    Abrazos

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  14. Tarde o temprano la muerte siempre llega con o sin ayuda de uno mismo.


    Abrazo

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  15. Hombreeeeeeeeeeeeeee, un poquito de tacto.... jajjaaa


    Saludos.

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  16. Sorprendente final, el pobre tipo no pudo resistir más "perdidas".
    Feliz domingo

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  17. Todo es adictivo si te excedes con ello.
    Al pobre tipo le duró poco su dicha.
    saludos

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  18. Sorprendente final, el hombre quería ayudar y la estropeó por completo.
    La verdad tenía poco tacto, debió decirle que acompañara el café con pastas .
    Saludos Julio David
    Puri

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  19. Ay, ese final me dejó por los suelos...

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  20. Con lo bien que íbamos (precioso eso de “Dame un atardecer y un café, y soy feliz”)...ya sabía yo que la cosa no iba a terminar igual ;-)
    Eres ingenioso a tope, Julio D.
    Un beso

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  21. A los seres hipersensibles, que parece andar por la vida sobre cristales hay que mentirles siempre.
    Claro que conseguir un final tan contundente en un marco tan bucolícopastoril, que diría un amigo mío, y que pese a la tragedia nos resultara cómico era muy tentadora.

    Lo conseguiste, Julio.

    Un beso,

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  22. El texto bien desarrollado. El tema, delicado...

    Se le cerró la puerta del progreso, el avance, la lucha, el triunfo... ¿Y qué quedaba?

    Una puerta entreabierta es siempre mucho mejor que encandada!

    Abrazo, Julio.

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  23. Le faltó decirle que, si es por adicciones, uno se puede hacer adicto hasta a las puestas de sol. Pena que la pena lo mató antes.
    Un abrazo.

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  24. Todos terminan igual...
    Mordaz y genial.
    Saludos.

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