Me gusta caminar y mirar las estrellas. Nadie en mi casa sabe de esta afición. Y como siempre me preguntan a dónde voy cuando salgo, a cada uno entrego una respuesta distinta de lo que hago por las noches. Por ejemplo, tengo convencida a mi mamá de que soy paseador de polillas; a mi papá, de que voy de reemplazo de Batman; y al venenoso de mi vecino, que soy prostituto, así, sin más. Cualquier cosa es válida antes que avisar que saldré a mirar las estrellas. ¡¿Quién hace eso?! Me tildarían de "raro", como mínimo, y no quiero preocuparlos.
Quien pensaria que aun existen, anonymos, verdaderos poetas ?
ResponderEliminarSer paseador de polillas es una afición mucho más normal, sin duda. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarEres un hijo y un vecino ejemplar.
ResponderEliminarSaludos.
cuando paseo, y estoy acompañada, aunque esté conversando sobre temas importantes, siempre estoy mirando lo que me rodea. los árboles, el cielo, los insectos.... y cuando digo, mira que bonito, me miran con una cara.....por eso comprendo tu relato y me siento reflejada.
ResponderEliminarsaludos
Mirar un cielo estrellado es mucho más extravagante que ser sustituto de Batman o paseador de polillas... ¡eso lo puede hacer cualquiera!
ResponderEliminarAbrazos con estrellas, Julio.
Lo que cambian los tiempos... Nuestros antepasados se declaraban su amor mirando a la luna o a las estellas, hoy los nietos pasean a las polillas disfrazados de Batman.
ResponderEliminarAbrazos telescópicos.
Tal y como está el mundo, cualquier otra cosa es más extraña que ser observador de estrellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ante todo hay que evitar que la gente malpensada piense lo que no es. Por ello hay que ponerlo a veces en bandeja con respuestas equívocas.
ResponderEliminarOriginal.
Saludos
Siempre tendrán algo que decir, por eso no te preocupes, pero mejor siempre decir la verdad, y que piensen lo que quieran, allá ellos.
ResponderEliminarBesos y más besos perlados.
Mirar el cielo, la luna, las estrellas, siempre tan sugerente, siempre tan emotivo. Mejor mirar las estrellas que no la cara de algunos. Saludos.
ResponderEliminarhaces bien, a veces pueden sacar conclusiones equivocadas y llevarte a un sinnúmero de explicaciones innecesarias.
ResponderEliminarSaludos.
Tienes toda la razón, Julio David. Las cosas más sencillas pueden poner nervioso a uno, ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajajaja ¡¡pues menuda forma de no preocuparlos!! Sí, como mínimo van a decir que el muchacho es "raro". A mí en cambio me encanta su creatividad a la hora de inventar excusas :))
ResponderEliminarUn micro muy divertido, me has echo reir, tocayo.
¡Saluditos de lunes!
Genial micro, Julio David. Es curioso que haya hermosas actividades que resulten ridículas a ojos ajenos. Si estás con alguien y le dices voy a casa que tengo que hacer la cena, ok. Pero dí: voy a casa que quiero escribir, y la mirada que puedes recibir puede ser cuando menos inquietante. No es este un mundo para soñadores. Un abrazo!
ResponderEliminarLa gente no soporta a los románticos.
ResponderEliminarHaces bien en no decirles la verdad.
Saludos.
Casi mejor que las disfrute sin decir mucho y que siga soñando con ellas.
ResponderEliminarBesos
Me gusta mirar estrellas. Me resulta un ejercicio de humildad necesario en tiempos convulsos. Pena que la contaminación lumínica nos obliga a alejarnos.
ResponderEliminarEncantadores oficios para ocultar una afición. Un abrazo
A veces las explicaciones más absurdas son las más creíbles. En este caso, casi se trata de una mentira piadosa.
ResponderEliminarAbrazos.
Original como siempre, Julio. Y acertado.
ResponderEliminar¿Para qué preocuparles con rarezas? :))))
Abrazo.
Ademas, y eso es cosa sabida, cuando nadie mira a las estrellas, estas se apagan...
ResponderEliminarNah lo raro sería que las estrellas te miraran, entonces si sería raro.
ResponderEliminarUn abrazo
Ja, ja, casi que me siento identificado. Si digo la verdad, no me creen.
ResponderEliminarSaludos.
Yo lo hago y tu lo sabes bn... inolvidables ocasos en aquel parque histórico.. de antaño
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