Bien de madrugada, cuando el resto de los niños ya dormía, todavía se paseaba un muchachito, disfrazado de esqueleto, de puerta en puerta, en un afán insano por recolectar dulces o algo más entre los vecinos. Muchos de ellos, temerosos o indignados, no salían a atenderlo; otros, los menos, se interesaban por este actuar extraño y le recomendaban que se fuera a su casa para matar la angustia de quien estuviera esperando su regreso. Sin embargo este niño no descansaría en su deambular entre la niebla, esa noche fría, hasta que alguien, ante su pregunta “dulce o travesura”, respondiera “travesura”.
Miedo da ese niño supuestamente disfrazado.
ResponderEliminarSaludos.
A saber cuál era la travesura. Yo ni le abriría la puerta. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarWow! Qué miedo me ha dado tu micro , eres estupendo haciendo micros de terror, me encanta venir a leer este tipo de micros y que se me pongan los pelos.de punta jajaja.
ResponderEliminarBesos y más besos de Perlada.
¡Travesura!...
ResponderEliminarYa puedes ir a dormir :))))
Abrazo, Julio.
Pobre niño, solo quiere jugar...y los demás optando por los dulces.
ResponderEliminarMuy bueno. Seguro que le esperaban angustiados en casa.
Un beso, Julio D.
Menos mal que por aquí no se sigue esa costumbre, por la inseguridad reinante nadie le abriría la puerta a los niños.
ResponderEliminarSaludos traviesos, Julio.
Estoy con él.
ResponderEliminarYa basta de tanto dulce....
Travesura mucho mejor.
Y si es mortal ni te digo...
Espero que ese niño no llame nunca a mi puerta. ¡Dudo mucho de que sus intenciones sean inocentes!
ResponderEliminarTétrico, tocayo, no hay nada que me dé más miedo que un niño "maligno".
¡Saludos de domingo!
Me gusta el niño en la niebla buscando travesura. Tantos dulces no son buenos.
ResponderEliminarPena de padres. Un abrazo
Nada da más miedo que un niño en el lugar equivocado. Saludos
ResponderEliminar¿No será un fantasma disfrazado de niño?...
ResponderEliminar(¡Vaya trasto que te estás volviendo! Julio David...je,je,je)
Un abrazo con sonrisas.
Por supuesto. Travesura!
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si sentir pena o miedo.
ResponderEliminarSaludos.
A ver si se va a su casa, de una vez, y deja de incordiar...
ResponderEliminarYa va siendo hora...
Esta noche, cuando llamen a la puerta, creo que no les voy a abrir.
ResponderEliminarUn dulce, digo un abrazo.
Igual, pienso yo, es que se pensó una buena travesura o broma durante todo el mes y ahora le daría rabia irse a la cama sin poder ponerla en práctica. A mi me fastidiaría mucho, la verdad :D
ResponderEliminarMe ha dado mucho miedo esa travesura. Menos mal que aquí aún no nos ha colonizado del todo el Halloween y seguimos con las castañas , boniatos y panellets.
ResponderEliminarBesos
Pues TRAVESURA!!!! espero no llegar tarde..... jeje
ResponderEliminar:D
Uy, a ver quién es el que se atreve a escoger travesuras...
ResponderEliminarAbrazos.
¿Travesura? Me niego. Pone los pelos de punta.
ResponderEliminarEstupendo micro.
Un abrazo.
Jjajajaja, pero qué llevaría preparado el chamaco. Muy bueno Julio.
ResponderEliminarAbrazos
Cruz cruz que se vaya el niño y venga Jesús. Brrr
ResponderEliminarUn abrazo
Inquietante la foto, desde luego, que le queda al relato como un guante a medida. A mí los niños cuando dan miedo me aterran, y eso que no soy miedosa.
ResponderEliminarMe dejas intrigada con tu relato, Julio, querría saber, aunque ya se me ponen los vellos como escarpias imaginando, qué fue y como acabó la "travesura", porque ese pequeño esqueleto tiene pinta de malote.
Un beso,
Un beso,
Jaja tranquila, Tesa. Invéntale un final feliz a esa "travesura", para que puedas conciliar el sueño (por fin) esta noche jaja
EliminarUn abrazo psicológico.