El domingo la gente va de acá para allá llevando consigo un abismo discreto que no comparte con nadie, porque no sabe ponerle palabras a esta extrañeza.
Si llueve, habrá muchos que saldrán a caminar solo por el placer de mojarse. Y seguirán caminando sin saber de qué se alejan o qué esperan encontrar. Casos de desapariciones aumentan los domingos.
Las personas andarán deseosas por distraerse, por lo que te aceptarán de buena gana café, alcohol o cualquier cosa. Con un jazz de fondo, hablen sobre proyectos realizados e inconclusos, hasta que los venza el sueño y tomen una siesta.
No sé, no sé. El domingo hay tantas cosas que hacer que no queda tiempo ni para la siesta. Afortunadamente nada más hay un domingo en la semana.
ResponderEliminarUn saludo
Nunca he sentido yo el placer de empaparme con la lluvia. Más bien me acuerdo de la madre que la parió.
ResponderEliminarSaludos.
El domingo ya no es lo que era. La gente ya no se "endominga" (se viste elegante) como cuando yo era niño e íbamos a misa de doce y luego a tomar el aperitivo a casa de los abuelos, donde nos caía alguna moneda para ir al cine o comprarnos golosinas. El domingo ha quedado arrinconado al lugar que le corresponde: el último de la fila y predecesor de una larga semana. Saludos.
ResponderEliminarUmmmm mis domingos son distintos. En casa hace falta hacer muchas cosas. Nunca desaparecería.
ResponderEliminarUn besillo.
Yo tengo pocos domingos de fiesta y ya estoy tan acostumbrada a que no ocurra nada un domingo que son como otros días. Un abrazo
ResponderEliminarEs ese exacto desasosiego el que siento los domingos...
ResponderEliminarUna copa de vino con buen jazz de fondo, qué privilegio amigo. Un abrazo
ResponderEliminarHabrá que tener cuidado con los domingos esos... Sobre todo con las desapariciones. Si bien un vaso de buen vino y algo de música no se le niega a nadie :))))
ResponderEliminarAbrazos, Julio.
Recuero una vez...hace sus buenos añitos..paseando por la calle totalmente empapado, mientras la gente corría a refugiarse en los soportales...cómo me miraban raro...
ResponderEliminarSaludos.
Yo tuve domingos divertidos... mucho... ahora ya no.
ResponderEliminarTe contesto un lunes porque los domingos no me gustan... pero sí me gustó tu micro.
ResponderEliminarSaludos, Julio.
Yo preferiría la copita de vino en sábado, que en domingo hay que prepararse para la batalla de la semana. Bonito micro.
ResponderEliminarUn saludo, Julio D.
Yo soy una devota de lo domingos. Para mí el mejor día de la semana, al fin llega el descanso y con él la incomunicación, así que sí, que debe ser el día que más gente desaparece, ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay gente que odia los domingos... Mi caso, desde luego, no es ese...
ResponderEliminarTu imagen me ha parecido impactante, y pasa en domingo y en otros días. Ojalá no hubieran desapariciones.
ResponderEliminarBesos
Ya nada es como antes, pero se hace lo que se puedo, el objetivo diversión y descansar. Besos!!
ResponderEliminar