viernes, 21 de abril de 2017

ARCANO MAYOR: El sumo sacerdote


En los últimos años de vida, el cerebro se desprograma, se vuelve loco, en su deseo por querer seguir viviendo. Entonces surgen trastornos como el alzhéimer, donde viejos como yo se desorientan: creemos seguir en contacto con familiares o amigos o amores que se pierden en el tiempo o mueren.

No te preocupes si más rato te comento que abracé a tu abuela, o te hablo de ángeles y monstruos. Tú me ves como un enfermo, pero yo me veo bendecido. 

Incluso ahora mismo vivo un milagro: la visita de mi nieto. No me importa saber si te estoy imaginando.

miércoles, 19 de abril de 2017

ARCANO MAYOR: La torre


No tengo nada escrito por ella, a puño y letra, salvo la última lista de compras para el supermercado. Como testimonio de su paso por mi vida, este único e inestimable manuscrito. Beso el papel cada vez que la echo de menos, y lo vuelvo a guardar, cuidadosamente, entre mis libros. 

Nunca me dedicó una carta y jamás se lo reproché. No era muy romántica ni dada a las cursilerías. Yo tampoco, y sin embargo lloro cuando leo “tampones, crema antimicótica, shampoo para cabello graso”... En estas palabras veo el más apasionado de los poemas.

No me queda de otra. 

viernes, 14 de abril de 2017

ARCANO MAYOR: La fuerza


Cuando volví del colegio, mi papá me preguntó por el reloj. Su pregunta me paralizó. Me bloqueó. Olvidé que lo llevaba en el bolsillo. Él se acercó, gigantesco como es, y comenzó a golpearme. Solo se detuvo cuando, por fortuna, sintió y palpó el reloj en mi bolsillo.

Al día siguiente me abrazó y me pidió disculpas. Desde entonces nunca más me levantó la mano. Y creo que me ama más que nada en el mundo.

Sin embargo, y aun pasado 24 años, todavía  guardo ese reloj conmigo. Me aterra pensar que algún día me pregunte por él de nuevo.

miércoles, 5 de abril de 2017

ARCANO MAYOR: La sacerdotisa


-Pongamos las cosas en orden -dijo la adivina-. ¿Cuántos vinieron a quejarse porque les prometí un alza económica pero incluso se empobrecieron?

Dos hombres levantaron la mano.

-¿A cuántos les dije que encontrarían el amor de su vida el año pasado?

Tres mujeres contestaron.

-Y sobre la salud. ¿Alguien empeoró o mejoró su condición según le comenté a cada uno?

Nadie levantó la mano, pero alguien del grupo sacó la voz:

-Señora, basta de confundirnos y engañarnos. Devuélvanos la plata.
-¿Y si les vuelvo a leer el tarot, mejor? Ahora a mitad de precio. Algo salió mal y quiero saberlo.