En sus días tristes, ahora que vive sola, no tiene a quién
contarle sus penas. “Ya se me va a pasar”, se repite a sí misma mientras cocina.
A media tarde, al terminar sus quehaceres, se acomoda junto a la ventana y se
da un baño de sol. Las lágrimas que ha contenido en su pecho se evaporan, dispersándose
por la casa una nube que, a la mañana siguiente, cae en forma de rocío sobre sus
plantas y flores; compañeras tan silenciosas como ella. Ciertamente es un espectáculo
que la maravilla, aunque no tanto como cuando la visita su hija.
Ese debe ser un momento mucho mejor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Abrazo.
Muy enternecedor, el espectáculo de la presencia de una hija llena todos los vacíos.
ResponderEliminarSaludos.
A falta de hija, buenas son las plantas y las flores.
ResponderEliminarSaludos.
Hermoso tu escrito, Julio. Ese sí que es un buen espectáculo.
ResponderEliminarSaludos.
Qué triste este relato... Un besote.
ResponderEliminarQué triste y tierno, Julio David.
ResponderEliminarBesos.
Describes una realidad mágica referida a la soledad de los ancianos.
ResponderEliminarTriste pero bonito y sentido micro.
saludos compañero.
Bom dia.
ResponderEliminarAcabei de chegar aqui
e já seguindo aguardo
sua visita.
Bjins
Catiaho Alc.
Esa soledad...
ResponderEliminarEs hermoso y a la vez me da mucha pena.
ResponderEliminarPor ahí pasaremos todos.
Saludos.
Esa hija no sabe de la soledad oscura de esa mujer que la crió. Pena
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo
Triste micro que describe la triste realidad de los ancianos. Y su alegría al ver a sus hijos. Un abrazo
ResponderEliminarLa alegría de ver aparecer un hijo es incomparable pero eso lo sabes sólo cuando eres madre.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué hermosa imagen la que describes con las lágrimas convertidas en rocío y las plantas; y qué tristeza en esa ausencia que no debiera ser tal...
ResponderEliminarLa soledad, con parecer pacífica, puede ser devastadora.
Muy bueno, tocayo. Me gustó y me entristeció a partes iguales.
¡Un saludo!
Tristeza, soledad y mucha poesía.
ResponderEliminarMuy bueno, Julio.
Abrazo.
Preciosa la imagen que describes sobre la soledad, enternecedora y llena de alegría cuando llega la hija.
ResponderEliminarTe felicito por este texto.Hay mucho de verdad en lo que cuentas.
Un abrazo Julio D.
Puri
Hacer de la soledad una compañera amable precisa de mucha sabiduría.
ResponderEliminarUn saludo
La manera en que lo cuentas es preciosa, aunque el relato es muy triste :(
ResponderEliminarUn texto muy bien elaborado, Julio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que de todos tus micros, este es el que más me ha gustado.
ResponderEliminarMe ha conmovido mucho.
Un besito.
El destino de muchos.
ResponderEliminarBuen micro, JD.
Un abrazo.
Muy real!
ResponderEliminar