MI PAPÁ se empeñó en asegurarme que, dentro de una caja, él guardaba cosas fantásticas. Y siendo yo niño, me lo terminé creyendo. “Los colores del arcoíris”, “el canto de los grillos”, “la estela de una estrella fugaz”. Pero como me tenía prohibido abrir la caja hasta el día que decidiera regalármela, mi interés, rápidamente, se fue apagando, por mucho que me dijera que adentro se desarrollaban guerras, conspiraciones o festivales. Convencido de su locura, de hecho una vez hasta lo hice callar y fui a su dormitorio y saqué la caja y la abrí frente a él: habían libros.
Imagen © Fuente
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Qué mejor regalo. Finalmente, todo resultó ser cierto. De los libros pueden salir todo tipo de cosas, desde las más bellas a las más horribles.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué gran contenido el de la caja :) Me ha hecho recordar un regalo que me hicieron hace tiempo y también venía en una gran caja de cartón. Era una colección completa de Stephen King, uno de mis escritores favoritos :) ¡Un saludo compañero y que no decaiga la fantasía!
ResponderEliminarTambién en las cajas te puedes encontrar besos.
ResponderEliminarU beso.
Su padre tenía razón con todo lo que decía que contenía la caja. Un gran regalo, sin duda. Todo en unas cuantas páginas. Buen micro, Julio.
ResponderEliminarSaludo.
Inmejorable, Julio. ¿Qué más podría haber adentro? Quizá el pibe esperaba hallar un celular con 4G, tv y todos los chiches.
ResponderEliminarSaludos.
Es la maravilla de los libros, lo tienen todo :)
ResponderEliminarhermoso regalo, que mejor que conocer mundos nuevos en la lectura
ResponderEliminarsaludos!
Fantástico.
ResponderEliminarAbrazo.
Me intriga enormemente, siempre, saber qué contiene una caja y lo que menos me esperaba eran unos libros, ¡genial, Julio D,, genial!
ResponderEliminar¡Libros! que mejor contenido para una caja misteriosa, y es que los libros son pequeños contenedores de cosas fantásticas.
ResponderEliminarSaludos
Qué bueno, Julio, qué poético, me gustó mucho.
ResponderEliminarSaludos.
El que se debía haber callado era el hijo, porque el padre no le había mentido.
ResponderEliminarHijo necio, no imagino lo que sintió al ver el contenido. Adiós inocencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobre hijo no sabía lo que se perdía... El papá tenía razón dentro había de todo.
ResponderEliminarSaludos
Tierno a más no poder.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Leer es vivir mil vidas.
Por supuesto que el padre no le engañaba, puesto que nada como los libros para guardar "cosas fantásticas" (estas que nos enumeras). Lo que ocurre es que el niño no los había leído.
ResponderEliminarMuy ingenioso como siempre tu nuevo micro, amigo Julio David.
Un abrazo didáctico.
Fantástico el relato!!! me encantó, los libros son mi mejor entretenimiento.
ResponderEliminarsaludos
Precioso. Qué bella manera de definir la riqueza de los libros.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso !!
ResponderEliminarMientras leía el micro no me imaginé que ese fuera el contenido de la caja,y la sorpresa fue mayúscula y maravillosa.
ResponderEliminarEse hijo apreciará desde ahora la valía del contenido de la caja.
Un abrazo Julio D.
Puri