En medio de la discusión de los papás, la hija pidió permiso para ir al baño, y en el camino aprovechó para escapar del restaurante. Tarde se dieron cuenta de su ausencia, por lo que rápido se movilizaron para buscarla. Y solo horas después, ya anocheciendo, uno de ellos la divisó a lo lejos y la llamó: “¡Alada!”. Al percatarse, la pequeña se acercó a un vendedor de globos, sacó uno, y se elevó hasta perderse entre las azoteas de los edificios.
Si los papás pelearan menos y compartieran más tiempo con ella, sabrían que la niña puede hacer eso.
Cuando no se puede poner físicamente tierra de por medio a la existencia que no te gusta, se la pones mentalmente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Adiós Alada... te cansaste de ellos y lo entiendo... que tengas suerte allá donde vayas.
ResponderEliminarSaludos.
Muy bueno!! Pobre criatura, y eso pasa cada dos por tres.
ResponderEliminarBEsos
Algo sabrían, porque la llamaron Alada y se fue volando...
ResponderEliminarLa extraordinaria sensibilidad de los niños y los recursos que desarrollan para no contaminarse.
ResponderEliminarSaludos.
Chica lista...
ResponderEliminar;)
Abrazo, JD.
La evasión de Alada es una imaginativa vía de escape ante lo incomprensible para los pequeños.
ResponderEliminarSaludos
Es cierto, a veces los padres no son conscientes de estas cosas... Ni lo piensan siquiera
ResponderEliminarUn abrazo
Tanto perder el tiempo en discusiones u otras cosas tontas que apenas prestan atención de lo más importante de sus vidas: su hija.
ResponderEliminarUn beso.
Los niños en casos como este suelen desconectar del asunto, ellos se evaden con lo que tengas más próximo.
ResponderEliminarUn beso
Puri