-Imposible. En mi cédula de identidad sale “fecha de nacimiento: 1995”.
-Es mentira. Trabajo en el registro civil, recuerda, puedo manipular datos.
-Pero no me veo tan viejo.
-Agradéceselo a la buena genética.
-¿Y me lo dice justo en mi cumpleaños? ¡Pensé que cumplía 21!
-Disculpa, mi idea era tenerte a mi lado, en casa, por hartos años, pero veo que ser tan sobreprotectora te afectó. Estás todo el día echado sin hacer nada, creyendo que tienes todo el tiempo del mundo por delante.
-¿Y no es así?
-No, hijo. Enfréntalo, tienes 31. Levántate y haz algo con tu vida.