"El universo es tan abismal, que de existir otras vidas, en otras galaxias, también deben estar mirando sus propios cielos preguntándose si están solos. El Espacio nos separa de tal manera, que crea soledades inconmensurables a nuestro alrededor".
-Profesor, aquí... ¡Hola! Tengo una pregunta. No tiene que ver con lo que habla, aunque quizás sí. Es que ya que tocó el tema de la soledad, a usted que tanto le preocupa saber si estamos solos, ¿qué hay de mi soledad? No le importó abandonarme para irse con otra más joven. "Tú eres mi universo", me decía... y aquí estoy, sola.
Será que hay diferentes tipos de soledades, pero creo que todas sientan igual de mal si no son deseadas...
ResponderEliminarMe ha encantado la ironía comprometida de la pregunta. A buen seguro que el profesor se vio en un aprieto para contestar :D
Abrazo de jueves, Julio!!
Muy cierto, tocaya: todas las soledades sientan igual de mal si no son deseadas. En este caso admiro a los ermitaños. Habría que hacer un estudio acabado sobre ellos para entender, realmente, de dónde les viene tanto coraje.
EliminarUn abrazo psicológico.
No todas las soledades son iguales, cuando son por abandono son muy deprimentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
En extremo, Alfred, en extremo. Deprimentes en extremo.
EliminarUn abrazo psicológico.
Por eso suelen decir que tanto tanto el espacio como el tiempo son relativos: a veces sucede que hay más distancia entre dos personas que entre dos galaxias.
ResponderEliminarComo siempre, amigo mío, es todo un placer leer tus pequeñas grandes joyas.
Un abrazo.
"A veces sucede que hay más distancia entre dos personas que entre dos galaxias"... El poema Ileana, del escritor nicaraguense Ernesto Cardenal, te encuentra la razón.
EliminarUn abrazo psicológico.
Ni siquiera para ganar tiempo utilizaría el profesor el recurso de "Me alegra que me haga esta pregunta... ". ¡Qué corte!
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaja o arranca o se hunde en el asiento con un poker face épico. Creo más en la segunda opción.
EliminarUn abrazo psicológico.
Increíblemente prolífico y original. Tus microrelatos no dejan de sorprenderme. El tema de la soledad, ya sea cósmica, existencial o amorosa, me resulta un enigma inexpugnable. Una cosa es estar solo y otra muy distinta sentirse solo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y aunque suene increíble (increíble para mí, que soy un aprendiz de pelagato en casi todo) hay personas que saben sentirse acompañados por las estrellas. Místicos, deben ser. O algo de místicos deben tener.
EliminarUn abrazo psicológico.
Es que no hay que creerse eso de ser el universo de nadie. Mejor ser nuestro propio universo. Besotes!!!
ResponderEliminarNo deberíamos tener a nadie por satélite (aunque es bonito cuando eso sucede).
EliminarUn abrazo psicológico.
A mí que también me interesan los 'por qué' y los 'qué hay de lo mío' me parece valiente la pregunta de ella, aunque está claro que el profesor buscó otro universo más 'moderno', digo, joven...y provocó esa soledad, que seguró duró lo que tenía que durar.
ResponderEliminarGenial, bonito y redondo.
Besos, Julio D.
Pues sí. Ese profesor se percató de la explosión de otro Big Bang, y se fue a habitar ese universo nuevo sin perder más tiempo... ni tonto ni perezoso.
EliminarAgradecido por el piropo, Chelo.
Un abrazo psicológico.
Bueno, es muy probable que la llamase universo justamente por el abismo que había entre ellos.
ResponderEliminarMuy buen micro, Julio. Me quedo por acá.
Saludos.
Te puedes quedar por acá cuanto tiempo quieras. Acampa a tus anchas. Tengo tanto espacio disponible, como lo tuvo Noé en su arca imaginaria.
EliminarUn abrazo psicológico.
Jo qué bueno. Más importante es la soledad de un ser humano y el abandono.
ResponderEliminarYo sí creo,no obstante , que no estamos solos en el Universo, sería absurdo que solo existiéramos nosotros.
Besos
Acorde a la Paradoja de Fermi, es tan alta la probabilidad de existencia de civilizaciones inteligentes en el universo observable, como alta también es la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones.
EliminarEs desconcertante.
Un abrazo psicológico.
Vaya con el profesor...
ResponderEliminarA Dios rogando y con el mazo dando...
Saludos.
Cura Gatica: predica pero no practica.
EliminarUn abrazo psicológico.
La soledad que provoca el desamor puede alcanzar, sin duda, dimensiones cosmicas...
ResponderEliminarMagnifico texto, amigo
Un abrazo
Así, tal cual. Siempre con las palabras precisas, don Ildefonso.
EliminarUn abrazo psicológico.
No todas las soledades son iguales.
ResponderEliminarMe encantó lo que escribiste, y tu blog.
Sino te importa me quedaré por aquí.
Un beso.
Te puedes quedar, ver tele, servirte un trago, ocupar hasta el baño si quieres. En mi casita todos son bienvenidos.
EliminarUn abrazo psicológico.
Mil gracias por tu amabilidad, eres muy acogedor, por eso volví a ver si tenías una nueva entrada, pero veo que no, pero te dejo mis saludos y las gracias.
Eliminarhay tantas soledades como colores
ResponderEliminarY todas ellas con sus dolores y/o gratificaciones.
EliminarUn abrazo psicológico.
A la soledad hay que cuidarla, aprender sus miradas, sus silencios, sus recovecos para que cuando nos sea impuesta no nos sintamos excluidos sino acogidos de nuevo en casa.
ResponderEliminarUn saludo
Buen consejo. Tanto así, que me recordaste una canción: "Soledad", de Jorge Drexler (con María Rita).
EliminarUn abrazo psicológico.
En el universo astral y en el personal siempre hay un lugar para la soledad, pero si es impuesta por otro al que considerábamos nuestro satélite es difícil de llevar.
ResponderEliminarInteresante esta entrada,la soledad hay que saber llevarla con dignidad.
Un gusto leer estas breves historias pero con tanto contenido.
Besos Julio David.
Puri
Gracias, Puri. Hay mucha soledad. No es que no haya nada a nuestro alrededor, hay mucho de todo, pero no sabemos relacionarnos con eso, o no nos satisface. Pecamos de insatisfacción.
EliminarUn abrazo psicológico.
Me gusta mucho la reflexión a la que lleva este micro, Julio David, como contrapones los espacios micro y macro para vaciarlos ambos y enfrentarnos a la conclusión; que la soledad es siempre infinita.
ResponderEliminarMagnífico.
BEsos.
Ya te echaba de menos por acá! Jeje
EliminarEs como la perspectiva que nos ofrece la muerte. Morir es otra soledad que llevaremos a cuesta en nuestra biografía. Moriremos una sola vez en la vida (por lo menos físicamente) y será para siempre. Estaremos mucho, mucho tiempo solos en nuestra propia muerte.
Un abrazo psicológico.
Un profesor bastante interesado en la soledad del universo pero va creándolas a su alrededor mientras orbita entre un corazón y otro.Menuda pieza.
ResponderEliminarsaludos
Si tanto le importa la soledad ajena, por qué no empezar por la soledad propia?
EliminarUn abrazo psicológico.
Es una clase de soledad que si uno la elige bien, pero si es que la sientes es peor. Vaya profe se podría callar cuando él dejo sola a la pobre chica. Un abrazo
ResponderEliminarYo, si tuviera algo decencia y compasión, me quedaría callado.
EliminarUn abrazo psicológico.
La soledad, como la miseria, cuando se comparten son más llevaderas, pero en cambio, este profe es un zorro de cuidado, ¡vaya tela! je,je,je Su astucia no conoce límites y así va despoblando las galaxias para orbitar en su propio jardín del Edén con la jovencita de turno. La alumna despechada es quien mejor le sabe bajar de la galaxia a ojos de toda la clase.
ResponderEliminarOtro buen micro, Julio David, dedicado a estos buitres carroñeros, que se aprovechan muchas veces de su cargo para hacer sus fechorías.
Un abrazo didáctico.
Esa alumna despechada lo que hizo con el profesor fue algo que a muchos estudiosos de las estrellas les molesta: le puso los pies sobre la tierra.
EliminarUn abrazo autodidáctico.