Usted estaba convencida de que su hijo menor, y quien fuera uno de mis tíos favoritos, continuaba vivo pero en el cuerpo del perro. Que ahí estaba su alma. Nunca supe cómo llegó a esa conclusión. Sospechaba que tenía demencia senil, aunque cuando la visitaba, la veía siempre cuerda y serena.
Recuerdo verla tardes enteras en el jardín y, acompañada de la mascota, hablarle sobre lo mucho que le gustaba el naranjo que alguna vez plantaron juntos.
Ahora, con su partida, la entiendo. Quizás la muerte nos trastorna un poco. Solo véame aquí frente al naranjo contándole esta historia, abuelita.
A veces no son demencias, sino apaños que uno hace con la realidad para hacerla más llevadera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tal como las supersticiones. Solo nos falta apoyarnos en algo. Su éxito está garantizado, porque nos da auto-confianza.
EliminarUn abrazo psicológico.
Cada cual cree lo que quiere creer. Cualquier cosa que nos sirva para sentirnos mejor es válida. Un besote!!
ResponderEliminarSí, mientras no se afecte la dignidad del prójimo (ni la tuya propia) está todo bien: sé feliz y ojalá de la manera más creativa posible.
EliminarUn abrazo psicológico.
Los más incrédulos, con la proximidad de la muerte, ponen en duda sus propias creencias.
ResponderEliminarComo siempre, me ha deleitado la lectura de tu breve pero grato texto.
Un saludo.
Hay un dicho: comunista hasta que te enriqueces, ateo hasta que se cae el avión jeje
EliminarUn abrazo psicológico.
Yo creo que Macondo lo ha clavado con su comentario.
ResponderEliminarComo muchos de tus textos emana ternura.
Besos
Gracias, Celia. Como soy un oso de peluche, tengo que estar a la altura con la ternura en mis historias jeje
EliminarUn abrazo psicológico.
No hay nada que entender, solo decirle al árbol que salió por un tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
O, preguntarle al árbol, si es que la abuelita está en alguno de sus brotes.
EliminarUn abrazo psicológico.
No sé cómo demonios eres capaz de hacerlo, pero tienes una indudable maestría para dar una capa de ternura sobre un lienzo de amargura, y pintar así finalmente un hermoso cuadro.
ResponderEliminarMis felicitaciones, amigo Julio David.
Un abrazo.
Puede que, comentarios como el tuyo, me animen a seguir mejorando. Quién sabe.
EliminarUn abrazo psicológico.
Ainssss qué tierno, es un micro precioso. No sé si puede ser verdad o no que nuestros seres queridos se "traspasan" al morir, pero tampoco hace daño compartir con un perro o un árbol algunas confidencias, ¿verdad? :))
ResponderEliminarMe ha requeteencantado, tocayo.
Un beso!!
Jaja pues más que requetencantado de haberte requetencantado, tocaya!
EliminarUn abrazo psicológico.
Una herencia transmisible de padres a hijos e incluso a nietos.
ResponderEliminarMuy bueno.
Abrazo
Un posible don. Ojalá.
EliminarUn abrazo psicológico.
Es difícil desapegarse de los seres queridos, tu texto lo comprendo como una forma de sobrellevar ese dolor.
ResponderEliminarY puede que hasta acertada.
Un fuerte abrazo, :)
No se pero algunas personas ven en un naranjo lo que anterior estaba escrito en él, quizás en el árbol dejo algún signo. Un abrazo
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