¿Cómo se sobrevive al fracaso? Pues Antonio, con alcohol: la anestesia del corazón por excelencia. Del corazón de Antonio y de millones: como su mamá, por ejemplo. Sospechaba que su hijo se encerraba a beber en el dormitorio pero comprobarlo la desmoronó. ¿Cómo sobrevive ella al fracaso de tener un hijo alcohólico? Con alcohol. Se encierran juntos a beber en casa ¿Qué hizo el papá cuando los descubrió? Lo asumió como un fracaso. ¿Y cómo lo sobrevive? Con alcohol. Se encierran todos a beber en familia. Lo hacen por separado y nadie sabe la causa de la adicción del otro.
Un relato que me trae el recuerdo de la tía de mi marido que a los hijos les daba vino en las comidas desde muy pequeños. Pues los dos mas jóvenes los llevaron a un colegio interno y los tuvieron que desintoxicar para que dejaran la adicción al Alcohol. Un abrazo
ResponderEliminarEs imposible que esa persona (si se le puede llamar así) sea más irresponsable.
EliminarUn abrazo psicológico.
Penosa enfermedad. La padece una persona, pero la sufre toda su familia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es droga, como cualquier otro tipo de droga ilegal.
EliminarUn abrazo psicológico.
Una realidad de muchos Julio.
ResponderEliminarUn placer cuando uno no es adicto.
Abrazo.
Hay personas que solo buscan desaparecer dentro de su adicción. Que ojalá se las trague algo. Viven para consumir. Anhelan morir (sin saberlo, quizás).
EliminarUn abrazo psicológico.
Y ese, supongo, fue el comienzo de las reuniones familiares a las cuales llamamos «fiestas».
ResponderEliminarCuanta revelación en tas pocas letras.
Saludos.
Jaja claro, los ya viejos y atípicos almuerzos de domingo en familia.
EliminarUn abrazo psicológico.
Según que fantasmas se alimentan a partes iguales de alcohol, miedo y silencio, una pésima combinación
ResponderEliminar"Alcohol, miedo y silencio"... parece el preámbulo a un suicidio.
EliminarUn abrazo psicológico.
El alcohol ahoga las penas y acaba con el cuerpo.
ResponderEliminarDicen que las penas, compartidas, son menos. Pero compartir penas y adicción tiene muy mal pronóstico.
Un abrazo.
Yo tampoco pronostico un final muy feliz para esta familia... algo malo va a pasar. Se respira, se palpa, se intuye.
EliminarUn abrazo psicológico.
La triste enfermedad de nuestros tiempos, la incomunicación.
ResponderEliminarUn abrazo.
La incomunicación como base de todo este problema.
EliminarUn abrazo psicológico.
una triste realidad de muchos hogares, el cual pasa más allá de tus letras...
ResponderEliminarsaludos!!
Chile: ¿país de poetas y alcohólicos?
EliminarUn abrazo psicológico.
Terrible, y además empeora todo.
ResponderEliminarBesos
Sí, te complica y te enreda las soluciones y respuestas: el alcohol, en exceso, agobia la mente. La abruma.
EliminarUn abrazo psicológico.
Si me hacen sitio yo me punto.
ResponderEliminarYa seremos cuatro.
Saludos.
(Lucas 23:42-43) “Y dijo a Jesús: —Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino. Entonces Jesús le dijo: —De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso".
EliminarYa tienes tu lugar asegurado, toro jaja
Un abrazo psicológico.
Que inmensa tristeza... A veces, es tremendo, la vida nos desborda, y el alcohol (o lo que sea) pensamos que viene en nuestra ayuda
ResponderEliminarUn abrazo
Hay que convencerse para creer que viene en nuestra ayuda.
EliminarUn abrazo psicológico.
Contado con un puntito de ironía, qué cruda realidad nos traes, Julio D.
ResponderEliminarSobra decir que esa familia está abocada al fracaso más absoluto.
Muy bueno, ¡un beso!
Igual da pena, aunque sea ficción (por lo menos este caso).
EliminarUn abrazo psicológico.
Hola David , una vez que se empieza con un caso como este o cualquier otro , como se coja por costumbre el beber es un pozo sin fondo del cual muy poca gente sale , este es un relato muy real como la vida misma ,te deseo una feliz tarde David , saludos de Flor.
ResponderEliminarSe integra y se ancla a la rutina, y pasa a ser como cualquier cosa del día a día. No se le toma importancia, porque se ve como algo normal (y necesario).
EliminarUn abrazo psicológico.
Mejor hablar y contar las penas o los fracasos, que beber.
ResponderEliminarUn saludo.
O beber y contarlos a la par jaja
EliminarUn abrazo psicológico.
De todo ha de haber en "la viña" del señor.
ResponderEliminarLa Zarzamora de arriba no soy yo...
Abrazo psicodélico ;)
Ahora todo me parece raro, o estoy entre espías, dobles agentes, o en un universo paralelo jaja no sé nada.
EliminarUn abrazo psicológico.
Qué duro, una cadena familiar de autodestrucción. Una vez leí que cada persona está abocada a un tipo diferente de adicción según su propia química corporal, y parece que eso también lo comparten en la familia de tu micro...
ResponderEliminarMuy bueno, tocayo. ¡Ojalá que nunca sepamos lo que es eso!
Saluditos de miércoles.
Como dices, una cadena familiar de destrucción. Uno empuja al otro y caen todos en un espiral. Quizás basta que uno de ellos salga del vicio para que el resto lo siga. ¿Pero quién?
EliminarUn abrazo psicológico.
Uf! qué difícil....
ResponderEliminar:/
Está complicada la cosa...
EliminarUn abrazo psicológico.
Con lo fácil que hubiera sido hablarlo y después compartir todos juntos las copas y el alcohol como una familia borracha feliz...
ResponderEliminarComo siempre, tus magníficos textos, amigo mío, incitan a la reflexión. Y por ello te felicito.
Un abrazo.
Jaja familia borracha feliz. Pues claro, si vamos a tomar, por último que sea con una sonrisa. Aparentemos felicidad mientras hacemos un salud!
EliminarUn abrazo psicológico.
Si es que no se puede beber tan alegremente, que luego pasa lo que pasa. Miles de familias deshechas por el nectar del diablo, sobre todo la de tu micro cuento xD Yo un vinito con las comidas, aunque esté sólo, si que disfruto tomándomelo.
ResponderEliminarSiempre (o casi siempre, creo) va a ser sano beber mientras se esté a gusto consigo mismo. El disgusto viene cuando uno bebe y sabe que tiene la vida hecha mierda, pero se hace el loco. Es imposible auto-engañarse.
EliminarUn abrazo psicológico.
Lo malo de los vicios es que te lleguen a gustar y se conviertan en hábitos poco saludables para tu cuerpo y mente.
ResponderEliminarcon tu relato has creado esa atmósfera de incertidumbre al no adivinar el porqué de ciertas adicciones.
Saludos compañero.
Entre otras causas, las derrotas acumuladas pueden dar pie a la adicción. Si vemos la adicción como una manera de evadirse de la realidad, pues sirve pero por un momento. Por tanto a la larga no sirve.
EliminarUn abrazo psicológico.
¡Todo un efecto dominó o un "virus" de incomunicación que se extiende por toda la familia!
ResponderEliminarEstupenda la fina ironía, Julio David, la que le has dado al micro para describir esta realidad cotidiana, donde más de una familia experimenta este tipo de conducta. ¡Con lo sencillo que es el diálogo, pero claro, eso requiere coraje y mucha comprensión!
Un abrazo didáctico.
Y ese coraje y esa comprensión, de dónde la obtienen? Volviendo a tomar. Es un círculo, profe. Un círculo.
EliminarUn abrazo autodidáctico.