Parte de una caravana con animales que se dirigía a una
granja, volcó cuando pasaba por delante del Congreso. Burros y cerdos lograron
escapar, los muy condenados, adentrándose violentamente al simposio. Como si
supieran cómo camuflarse, bomberos y policías nos tuvimos que ver en la difícil
tarea de saber a qué animales capturar, sin cometer el inocente descuido de
confundirlos con los honorables políticos. Pero como se podrá adivinar, la misión,
dado su carácter épico, nos sobrepasó. Así que los encerramos a todos a la espera
de los zoólogos, quienes sí sabrían reconocer las sutiles diferencias entre
unos y otros.
Gran micro Julio, sólo los zoólogos podrían identificar cuáles son los verdaderos cerdos, los más repugnantes.
ResponderEliminarAbrazo.
Y que nos perdonen los cerdos, los de la granja, por esta retorcida comparación.
EliminarUn abrazo psicológico.
Yo veo fácil distinguirlos: los buitres carroñeros llevan alas y los burros y los cerdos no.
ResponderEliminarUn saludo.
Habría que ir armado con un arsenal de dardos tranquilizantes, y uno que otro venenoso, para apaciguarlos definitivamente.
EliminarUn abrazo psicológico.
Basta con enseñar un billete de 500 euros y ellos, que intentaran agarrarlo, serán idenificados facilmente...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Claro, otra buena solución para reconocerlos y agruparlos: se les lanza un billete, y que entre ellos se lo peleen y se maten a golpes. Dos buenas acciones en una.
EliminarUn abrazo psicológico.
Pobres animales del zoológico que no tenían culpa alguna y ahora tendrán que convivir con esta gentuza. Buen micro, Julio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para peor, las malas costumbres se pegan: luego de esto vamos a tener burros y cerdos ladrones en las granjas.
EliminarUn abrazo psicológico.
Jijiji me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaja agradecido, María.
EliminarUn abrazo psicológico.
Muy bueno. Yo tampoco sabría distinguirlos.
ResponderEliminarBesos
Te entiendo. Hasta es más fácil reconocer a Wally.
EliminarUn abrazo psicológico.
Genialmente disparatado pero con un punto de credibilidad, jaja
ResponderEliminarPobres zoólogos, tendrán que esforzarse mucho en su tarea.
Un abrazo nada animal.
Creo que podría tener alcances con el realismo mágico. Dije creo, no es que me quiera dar un crédito tan alto jaja
EliminarUn abrazo psicológico.
Y mientras tanto, el país se relajó.
ResponderEliminarUn beso
Fiesta y algarabía, es decir poco.
EliminarUn abrazo psicológico.
Jajajajaja. Me ha encantado... La verdad es que sería difícil distinguirlos, aunque si el sonido suena sincero se podría determinar que se trata de un pobre animalito. Besotes!!!!
ResponderEliminarComo dijo sabiamente Ildefonso, habría que mostrarles un billete para que se avecinen sobre él: porque están los cerdos y burros avariciosos, y los que no.
EliminarUn abrazo psicológico.
Realmente era sencillo distinguirlos; los que no albergaban crueldad ni modos insanos en su corazón y en su mente, esos eran los animales no humanos, los que claramente había que salvar.
ResponderEliminar:)
Besos.
Me gusta que hayas hecho esa aclaración, entre animales y animales no humanos. Todos pertenecemos al mismo reino, al fin y al cabo.
EliminarUn abrazo psicológico.
Jajajajjaja ¡¡muy bueno!! A veces es tarea difícil distinguir, suerte que contamos con especialistas en el tema :P
ResponderEliminarTe veo un poco crítico últimamente, no? Hasces bien, sienta estupendamente rajar y más si se tienen motivos fundados :))
Un abrazo humano!!
Pues claro que sí, los zoólogos en su vida -ni aun en sus peores pesadillas- estaban preparados profesional y emocionalmente para tamaño reto. ¿Se nota que me gusta exagerar? Jaja
EliminarUn abrazo psicológico.
La fina ironía está servida, Julio David, con este divertido micro. ¡Vaya zoológico de cerdos políticos y burros parlamentarios! ¡Qué macedonia de ejemplares tan exquisitamente inútiles!
ResponderEliminarUn abrazo didáctico
Es cierto. Es más, los podríamos embalsamar a todos (políticos, digo) y exhibirlos en el museo de la muerte y lo retrogrado (habría que inventarse un museo así).
EliminarUn abrazo autodidáctico.
¡Buenisimo! compañero, yo desde luego los distinguiría en cuanto empezaran a rebuznar y decir sartas de mentiras todas juntas. ja,ja.
ResponderEliminarRepito. un micro que los define a todos en lo que3 son.
Jaja pues sí, se les puede distinguir por medio de sus mentiras. A fin de cuenta, han hecho de la mentira un arte.
EliminarUn abrazo psicológico.