Que la vida le pueda cambiar de un momento a otro, es cierto pero improbable: años en el mismo trabajo, mismos amigos, mismos quehaceres. ¿Dónde, en qué parte la vida cambia de un momento a otro?
Totalmente desesperado, salió sin paraguas, corrió hasta espantar a las palomas, gritó, lo miraron feo, pero no pasó nada: intenta todo para que la vida le cambie de un momento a otro, pero nada. Hasta que encontró un paquete sobre el banco. Rarísimo. Se acercó, lo abrió ¡y ahora sí que!...
Totalmente desesperado, salió sin paraguas, corrió hasta espantar a las palomas, gritó, lo miraron feo, pero no pasó nada: intenta todo para que la vida le cambie de un momento a otro, pero nada. Hasta que encontró un paquete sobre el banco. Rarísimo. Se acercó, lo abrió ¡y ahora sí que!...
Perdón, ¿qué dices?
No, mi protagonista me informa que ahí tampoco pasó nada.
Quizá no haya que salir a buscar el cambio, sino generarlo.
ResponderEliminarSaludos.
Me acordé de una cita que se le atribuye a Gandhi: "Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo".
EliminarUn abrazo psicológico.
Creo que tener un hijo es lo que de veras es capaz de cambiarte la vida completamente, para lo bueno y para lo malo. Hay un antes y un después.
ResponderEliminarY en cambio por eso muchos no quieren probarlo. Demasiados cambios de golpe.
Un abrazo.
Sí, traer un ser humano al mundo no debe ser cuestión sencilla: son un millón de responsabilidades, y poca capacidad e, incluso, voluntad, para cumplirlas todas.
EliminarUn abrazo psicológico.
Cuando ese algo que te cambiará la vida en un segundo ocurre, (porque les ocurre a algunos) no avisa...
ResponderEliminarNo hace ni falta ir a buscarlo, el talegazo es bestial.
Un abrazo Julio David.
En cambio para la filosofía oriental es al revés. Uno, a través de sus propias acciones, genera los cambios, aun cuando no seas plenamente consciente de eso ni de sus consecuencias, las cuales suelen regresar a nosotros en la forma de otro cambio, una "lección de vida". Es complicado, la verdad jaja
EliminarUn abrazo psicológico.
El paquete contenía una bomba que estalló al momento de ser abierto por Juan Perez, ansioso de qué su vida cambiara de una vez por todas.
ResponderEliminarAhora sin manos, con la cara desfigurada y ciego, se limita a decir : ¡No pasa nada!
Por decir.
Un saludo.
Qué terrible! Jaja Pero sí, si a Juan Pérez le estalla una bomba en la cara (y en el milagroso caso que quede vivo) ciertamente habrá perdido la sensibilidad de sus sentidos, por tanto ese "no pasa nada" es porque en el fondo no siente nada.
EliminarUn abrazo psicológico.
Muchos tenemos la esperanza de que nuestra vida cambie pero vivimos tan inmersos en la rutina que así es complicado. Un besote!!!!
ResponderEliminarMuy cierto. La esperanza de que nos cambie la vida de un momento a otro, nos brinda felicidad por el futuro. Igualmente hay que trabajar por ello eso sí, aunque también nos gusta pensar de que la vida nos va a "premiar" por el esfuerzo.
EliminarUn abrazo psicológico.
Jijijiji pues vaya, ya esperaba yo algo en aquel paquete...
ResponderEliminarUn besillo.
Ah, yo igual, pero mi protagonista me lo confirmó: no pasó nada jaja
EliminarUn abrazo psicológico.
Tú lo has dicho: mismos amigos, mismos quehaceres...
ResponderEliminarYa lo dijo Einstein: "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
Pobre Juan, con lo intrépido que fue abriendo un paquete que no era suyo y ni por esas ;-)
Un beso Julio D.
Por eso mi protagonista salió disparado a la calle: estaba desesperado por cambiar la rutina de algún modo, hacer algo distinto, nuevo, loco, esperando vivir algo igual de distinto, nuevo y loco. Pero ya ves, al final no pasó nada.
EliminarUn abrazo psicológico.
La vida la puedes cambiar tu, si la rutina nos hace falta para llevar un orden pero en un rato puedes cambiar la rutina en algo que no hayas hecho nunca. Un abrazo
ResponderEliminarSolo arriesgándose, los cambios se suceden. No existe, al parecer, otra fórmula.
EliminarUn abrazo psicológico.
Maldita alegoría de lo que es la vida... deberían incluir este breve relato en los libros de la escuela. Para que vayan aprendiendo.
ResponderEliminarJaja tanto así? En lo que sí estoy de acuerdo, es que este texto pueda considerarse una alegoría: una alegoría al aburrimiento, al tedio, incluso a la depresión.
EliminarUn abrazo psicológico.
La vida cambia de un momento a otro si la cambias tú, yo soy especialista en eso, no aconsejo la adición a los cambios, es estresante.
ResponderEliminarBesos
Es la idea de que la vida siempre puede mejorar, si nunca dejamos de hacer cambios y más cambios: rozando lo irracional. La eterna insatisfacción.
EliminarUn abrazo psicológico.
Somos duales, tanto como el cambio nos atrae la quietud, cada cosa a su tiempo
ResponderEliminarUn abrazo
Cada cosa a su tiempo y en su lugar. El orden es una forma de controlar las sorpresas de la vida. Para algunos esto puede ser entretenido. Quizás lo sea, no sé.
EliminarUn abrazo psicológico.
No son muchas las cosas que cambian la vida de un momento a otro, creo que casi todas trágicas.
ResponderEliminarPorque lo de un hijo tarda 9 meses en llegar, eso no pasa de un momento a otro.
Abrazo Julio.
Ciertamente la llegada de un hijo te da tiempo para prepararte, lo mismo que estar al tanto de la enfermedad terminal de alguien: en algo, por muy mínimo que sea, te prepara. En cambio que te llamen por teléfono a las cuatro de la mañana, ay! el 90% de las veces nunca es bueno.
EliminarUn abrazo psicológico.
cada vez despertamos ha cambiado todo, los recuerdos son injertados en la noche; después de dormir se borra lo vivido en el día, quedando todo almacenado en una base de datos y todo inicia de nuevo...
ResponderEliminarincluso este comentario no era lo que decía al inicio, también fue modificado...
Jaja no sé bien qué responderte sobre los recuerdos injertados. Lo que sí puedo decirte, es que hay veces en que uno despierta por las mañanas con una energía especial, renovada. Cuestión que va nivelándose o disminuyendo a medida que llega la tarde y la noche.
EliminarUn abrazo psicológico.
Lo que se de ría de cambiar es el nombre. Suena x. Cambiarlo puede ser el cambio. Qué lío ja.
ResponderEliminarSaludos
Jaja no, no es ningún lío. Yo le puse ese nombre a propósito.
EliminarUn abrazo psicológico.
No te habia leido nuca, genial
ResponderEliminarDama, todo un placer.
EliminarUn abrazo psicológico.
Cada segundo cambia.
ResponderEliminarPero no lo podemos percibir.
Saludos.
Habría que ser budista zen.
EliminarUn abrazo psicológico.
Es una frase que hemos escuchado miles de veces, pero justo cuando queremos participar de su fama, ella no nos quiere incluir. Supongo que de un momento a otro también puede ser mañana; tu prota no debe perder la esperanza.
ResponderEliminarUn micro con reflexión incluída pero muy divertido ;)
Un abrazo de aquí y ahora, tocayo!!
Jaja así es, tocaya: es una frase que para algunos (¿o muchos? no sabría decir) tiene más de mito que de verdad.
EliminarUn abrazo carpe diem.
Un micro reflexivo sin duda alguna y de los que me encanta comentar, Julio David.
ResponderEliminarRespecto al cambio que tanto ansiaba hallar Juan Pérez, sencillamente estaba tan cerca, tan cerca que ni siquiera fue consciente... Solo hubiera hecho falta que dejase de buscar, porque no lo tenía que ir a buscarlo fuera sino a ENCONTRARLO dentro de él, en ese cambio de actitud que nunca quiso adoptar.
Un abrazo didáctico
Yo lo pensé así: a problemas desesperados, soluciones desesperadas. ¿Y qué mayor problema que la de una persona que no tiene puta idea de cómo cambiar su vida?
EliminarUn abrazo autodidáctico.
Tu protagonista deberá hacer algo más arriesgado si quiere cambiar de vida, ;)
ResponderEliminarMuy gracioso, jeje
Un abrazo.