Tanto insensible junto, conversándole puras trivialidades. Creían hacerle un favor al distraerla de esa manera, pero ella necesitaba algo significativo para olvidarlo todo, empezando por su enfermedad. Su mejor amigo lo sabía, razón por la cual la tomó en brazos y, amenazando a medio mundo con un arma de juguete, salieron del hospital.
Afuera, un sol de mediodía delicioso. Y cuando pasaron muy cerca de la playa, la brisa marina la sumió en ensoñaciones. Y soñó: soñó que era una gaviota y que volaba. Olvidó que iba en el regazo de su amigo. Lo olvidó todo, empezando por su enfermedad.
Es lo mejor, estar en los brazos amigos y olvidarse de todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué mejor que un hombro amigo donde echar a llorar las penas? Un hombro amigo que no juzgue, eso sí.
EliminarUn abrazo psicológico.
Precioso
ResponderEliminarAgradecido, María.
EliminarUn abrazo psicológico.
Un amigo inteligente que la conocía bien. Ojalá tuviéramos muchos de esos... :)
ResponderEliminarPrecioso, Julio.
Un abrazo!!
Exacto. Y no olvidarse también de ser uno mismo, un amigo de buen corazón para otro.
EliminarUn abrazo psicológico.
No hay nada mejor para soñar que amigo, sol y mar (y me salió un pareado).
ResponderEliminarGenial Julio D.
Un beso
Jaja te salió un verso sin mayor esfuerzo.
EliminarAgradecido, Chelo.
Un abrazo psicológico.
Qué duro. Tengo una amiga pasando por ello.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Escríbele un texto, y llévala al mar, al bosque, la nieve, a donde sea. La cuestión es soñar con algo mejor y olvidar.
EliminarUn abrazo psicológico.
Es precioso, tanto el texto como el sentimiento de fidelidad que destila.
ResponderEliminarEnhorabuena, amigo.
Saludos.
Más que agradecido, Alfredo. Y tal como dices, esta es amistad y fidelidad puesta a toda prueba.
EliminarUn abrazo psicológico.
Bufffff... esto del Alzheimer es una putada. Deseo con muchas fuerzas no verme nunca en la piel del prota :S
ResponderEliminarEl relato, genial. Eso sí.
Yo también le tengo terror al alzheimer, pero este texto no trata sobre eso. Lo que ella buscaba era olvidar su puta realidad, aunque sea por un momento, y su amigo le concedió el deseo.
EliminarUn abrazo psicológico.
Muy bello Julio. Hay gente que nos conoce y puede darnos lo que necesitamos.
ResponderEliminarAbrazo.
Es todo un riesgo mostrarse tanto al punto de ser un libro abierto, vulnerable, por eso hay que saber elegir un buen espíritu como receptáculo a la vida que vertemos en otro.
EliminarUn abrazo psicológico.
Un texto tan bello como terrible en sus profundidades...
ResponderEliminarImpresiona, amigo
Gracias, Ildefonso. Había pensado en que la mujer podría tener cáncer, pero luego lo encontré muy simplón y en extremo trágico. Lo dejé mejor en una "enfermedad" sin título. Deja más para la imaginación.
EliminarUn abrazo psicológico.
Cuando la enfermedad no tiene remedio, quizá lo mejor sea olvidarse de ella y vivir lo que pueda quedar con intensidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Exactamente. Y si alguien puede echarnos una mano para aliviar o solucionar nuestro problema, pues mucho mejor. No somos súper héroes para hacerlo todo solo.
EliminarUn abrazo psicológico.
¡Buenas noches, Julio David!
ResponderEliminarSalir de aquella enrarecida atmósfera del hospital con compañía demasiado trivial, fue lo mejor que pudo hacer su mejor amigo, que naturalmente está clarísimo que lo era y por fin pudo olvidarse de su enfermedad con algo tan significativo, como esa fantástica huida en brazos.
Un abrazo didáctico y comparto inmediatamente.
Ese gesto, heroico, de su amigo, podría ser considerado hasta romántico. Quién sabe si, junto con la amistad, hay un interés romántico?
EliminarMuchísimas gracias por compartir, profe. Que Google+ te bendiga y te lo multiplique.
Un abrazo autodidáctico.
Olvidar el olvido... y soñar que todo es bello.
ResponderEliminarMuy lindo Julio.
Saludos.
Olvidar la realidad, y soñar con lo imposible. Es lo que hacemos muchas veces a lo largo de la vida. Para ser felices en nuestro mundo interior.
EliminarUn abrazo psicológico.
Siempre hay alguien que sabe hacernos olvidar todos los males. Un besote!!!
ResponderEliminarSi tú tienes a ese "alguien", cuídal@ como a tu propia vida. No hay tesoro que se le compare.
EliminarUn abrazo psicológico.
Muy lindo, hay cosas que es bueno olvidar. Besos
ResponderEliminarHay olvidos que son sagrados, abuela.
EliminarUn abrazo psicológico.
El amor es el único remedio para evadirnos de la enfermedad del alma.
ResponderEliminarMuy bonito.
Saludos
Amor, compasión, templanza, son parte de la receta para una vida (un poquito) más feliz.
EliminarUn abrazo psicológico.
Precioso y sensible.
ResponderEliminarAmigo, eres un gran narrador, increíblemente prolífico y original.
Un abrazo.
Y que este tremendo piropo provenga del autor del Incunable, es de un halago doble.
EliminarMás que agradecido, Josep.
Un abrazo psicológico.
Hay manos amigas que saben conducirnos hacia nuestros infinitos más profundos.
ResponderEliminarMuy bueno, Julio David.
Un abrazo.
Él podría llevarla y correr y seguir, hasta perderse... Gracias, zarzamora.
EliminarA todo esto, no puedo entrar a tu blog ni lo encuentro. Qué hacker envidioso te lo estropeó, ah?!
Un abrazo psicológico.
Maravilloso relato!!!
ResponderEliminarEmociona.... por fin se sintió libre.
Saludos.
Por cualquier persona que consideres tu mejor amig@, vale la pena hacer una locura. Aunque sea una vez.
EliminarUn abrazo psicológico.
Muy bonito y duro, esos amigos que nos hacen olvidarnos de las peores circunstancias de la vida.
ResponderEliminarBien por ellos.
Un saludo
Son pocos, y es por eso mismo que se valoran más.
EliminarUn abrazo psicológico.
Suele ser la esencia de la vida, Julio, algo significativo para olvidarlo "todo".
ResponderEliminarClaro, conciso y certero como siempre.
Un abrazo.
Una amistad, un cariño, una unión, son parte del reducto esencial de la vida.
EliminarAgradecido por el piropo, Ernesto.
Un abrazo psicológico.
Preciosa historia Julio D. que mejor compañía para olvidar los problemas que estar en brazos de un amigo y sentir la brisa del mar acariciar tu rostro.
ResponderEliminarMe gustó mucho Julio David.
Besos
Puri
Muchas gracias, Puri. Creo que a esta historia solo le falta cerrar con chocolate y vino. O solo vino, mucho chocolate engorda jeje
EliminarUn abrazo psicológico.
Un hermoso relato, Julio David, tener a alguien capaz de reinventar el mundo para devolverte la sonrisa y los sueños.
ResponderEliminarEs preferible morir sintiéndote gaviota y oyendo el sonido del mar en brazos de alguien que te ama, que en una cama triste de hospital.
Me lo pido.
Un beso,
Cualquiera que te ayude a soñar u olvidar, es digno de ser tu buen amigo o tu buen amante. Aunque todo sea difícil de conseguir: soñar, olvidar, tener un buen amigo, tener un buen amante.
EliminarUn abrazo psicológico.
Precioso Julio David, es trágico pero muy bello.
ResponderEliminarSoñar es nuestro quid de magia.
Un abrazo!