El resto del año la casa huele a flores, y quien entra en ella siente la imperiosa necesidad de visitar a sus muertos.
jueves, 29 de diciembre de 2016
No me olvides
viernes, 23 de diciembre de 2016
Azul / Rosa
sábado, 17 de diciembre de 2016
La cama es testigo
Todo muy bonito, hasta que sales proyectada tú, lo que significa que he soñado contigo aunque no lo recuerde ni quiera. Qué rabia. Cuando eso pasa, agarro la sábana, la lavo y la seco al sol. El agua y las lágrimas se mezclan y escurren. Esa noche duermo en el sofá.
sábado, 10 de diciembre de 2016
El consuelo
Desde entonces los días se han sucedido con calma, salvo las veces en que se culpan mutuamente por la muerte de Esteban. Pero a pesar de las sospechas, no se abandonan. Duermen abrazados.
lunes, 5 de diciembre de 2016
Lapsus
sábado, 3 de diciembre de 2016
Mi hija
Un psiquiatra me explicó que asomarse bajo la cama, es como asomarse
al inconsciente, a un trauma que se reprime.
Hoy me asomé de nuevo. Vi a mi hija.
martes, 29 de noviembre de 2016
Un amor al paso
Hoy la esperaba con una cena, pero no ha llegado. Tal vez haya
encontrado un atajo, o la hayan despedido de su trabajo, o haya vuelto al sueño
del cual salió.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
El cómplice del asesinato
Una semana después, en medio de una fiesta que organizó en
su casa y producto de la fatiga, se dirigió a la cocina, tomó el mismo cuchillo
y, mientras cortaba el pan, comenzaron a brotar litros de sangre: efectivamente
el cuchillo se había vuelto en su contra, ¡lo estaba delatando! Acorralado, se
abrió las venas para poder justificar así, ante sus invitados, ese charco rojo
que se expandía a sus pies. Cuando le preguntaron por qué lo había hecho, dijo
que había sido un accidente.
Murió desangrado.
lunes, 21 de noviembre de 2016
Momentos vividos
domingo, 20 de noviembre de 2016
Gigantes
Papá me dijo que las norias en los parques de atracciones podían ser robadas por un gigante para armarse bicicletas. Por eso cuando nos subíamos a una, me pedía que no gritara para no alertarle sobre nuestra ubicación. Así, conteniendo el terror, superé el miedo a las alturas.
Hoy voy a hacer lo contrario y voy alertar al gigante sobre mi ubicación, por lo cual desarmaré la vieja bicicleta y colocaré sus ruedas afuera de mi casa, para cuando las encuentre me diga: “Hijo, me las llevo para ponerme a pedalear en el cielo”, o donde sea que esté ahora.
martes, 15 de noviembre de 2016
Las repercusiones del desamor
La rosa se negaba a morir: tenía rabia. Había sido regalada con devoción ardiente, en una época diáfana donde todo parecía posible. Sin embargo su destinataria (aún teniéndole cariño) ya no la consideraba crucial para su vida, por lo que la acomodó entre las páginas de un libro y la olvidó. Pocas semanas después el ambiente se impregnó de un olor a vainilla, y no demoró en comprobar que el libro había envejecido y marchitado: menos la rosa. Y donde ponía la rosa, el lugar se marchitaba. Entonces la enterró en el jardín y la casa se hundió con ella.
domingo, 13 de noviembre de 2016
No hay mal que por bien no venga
Cuando vuelve a casa llega relatándome historias imposibles,
muy propias de alguien con una imaginación privilegiada. Y esto no es lo más
extraño. Ayer volvió de jugar, y me dijo “cierra los ojos y estira las manos”.
Sobre ellas depositó un frasco que en su interior contenía un trozo de
arcoíris. “Lo capturé yo solito”, dijo con gran sonrisa. Para la navidad decoró
nuestra casa con luciérnagas; lo he
visto montado sobre una nube planear por el jardín; y darle vida, con sus
amiguitos, a pájaros hechos de madera. Creo que hice bien con castigarlo sin
internet, televisión ni consolas.
domingo, 6 de noviembre de 2016
Hostiles
Tras haber alcanzado los casi 20 mil millones de kilómetros del planeta Tierra, la sonda Voyager 1, lanzada en 1977 y cuyo fin tenía viajar por el universo para dar aviso a civilizaciones extraterrestres sobre nuestra existencia, se desprogramó y, en un hecho insólito, inició su recorrido de vuelta. Los gobiernos callaron suponiendo que se trataba de un error informático, pero cuando ya se hizo evidente, las alarmas se encendieron. El morbo, la expectación se apoderó de la humanidad. Finalmente el 2056 la sonda cayó en la Isla de Pascua. En ella venía grabado, en 56 idiomas, “No nos contacten”.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Una rosa sobre el cuaderno
Al mes de haber desaparecido su hija, los padres dejaron de
buscarla. Esta decisión obedecía al deseo de embellecer el incierto destino de
la persona más querida. ¿Para qué encontrarla, a riesgo de saber que fue
asesinada y quizás bajo qué inhumanas condiciones? Es por esto que, cada
semana, los padres escribían una historia donde situaban a su hija en aventuras
exóticas por el mundo, bella, contenta, plena de aprendizajes y romances de película.
Porque “ese es el fin que merecía”.
La hija leía aquellas historias por la noche, y si alguna le
gustaba depositaba una rosa sobre el cuaderno.
viernes, 28 de octubre de 2016
Un espectáculo mayor
En sus días tristes, ahora que vive sola, no tiene a quién
contarle sus penas. “Ya se me va a pasar”, se repite a sí misma mientras cocina.
A media tarde, al terminar sus quehaceres, se acomoda junto a la ventana y se
da un baño de sol. Las lágrimas que ha contenido en su pecho se evaporan, dispersándose
por la casa una nube que, a la mañana siguiente, cae en forma de rocío sobre sus
plantas y flores; compañeras tan silenciosas como ella. Ciertamente es un espectáculo
que la maravilla, aunque no tanto como cuando la visita su hija.
jueves, 20 de octubre de 2016
Las convicciones del corazón
Fueron a la playa y adentraron los pies al mar. “Hijo, ¿te
gustaría crear una nube? Es fácil, cierra los ojos y piensa en algo que te
guste”. Al abrirlos, el papá le indicó que mirase arriba. “El agua se evapora y
lleva tu deseo al cielo, y después una nube le da forma”. El niño sonrió
ilusionado.
Cuarenta años después, cuando el hijo paseaba en una silla de
ruedas a su padre, le dijo: “Viejo, sé que no lo puedes ver, pero te prometo
que por fin va pasando mi nube con forma de dinosaurio”. El anciano sonrió
ilusionado.
martes, 18 de octubre de 2016
Vale por dos
-Cada vez que se le pide a Margarita que dibuje a su
familia, ella se dibuja con dos mujeres-. La directora se muestra severa-. ¿Entiende
que somos un colegio con valores católicos, cierto?
-Revise los registros, soy casada, con éste hombre -responde la madre incorporándose, angustiada, de la silla. El marido, a su lado,
interviene mal y poco. Bosteza, revisa el teléfono móvil en busca de correos.
-Margarita -dice la directora- ¿puedes decirme quién es tu
mamá? Muéstramela. -La niña la apunta con el dedo. -Bien. Ahora dime, ¿quién es tu
papá? -La niña vuelve a señalar a la mamá.
domingo, 16 de octubre de 2016
Domingo de lluvia
Despierto sobresaltado tras una pesadilla. No ha sido una buena siesta. Me paseo por la casa. Voy al comedor y unto un pedazo de pan en lo que sobró de la ensalada. Mastico sin ánimo. Apago la tele. Prendo la radio. Una deliciosa melodía de jazz me encamina, nuevamente, hacia el sueño. Me acuesto en el sofá. Por la cortina entreabierta de la ventana, veo cómo el viento inclina los árboles. A lo lejos, el sonido de una ambulancia, unos ladridos. Me voy quedando dormido a medida que la lluvia se intensifica. Despierto sobresaltado tras una pesadilla. Me siento solo.
viernes, 14 de octubre de 2016
Una vez más
La tormenta solar apagó la tecnología y nos dejó momentáneamente
ciegos. El terror nos precipitó a las calles, y sobrevino una estampida con
atropellos y ahogos, y todos gritábamos por nuestras familias. La histeria
colectiva se volvió una pandemia incurable. En algún lugar barcos y aviones se
perdieron para siempre. Muchas bestias del mar salieron, muertas, a flote. Las
cenizas de los bosques incendiados envolvieron las ciudades. Los satélites cayeron
como meteoritos. Y los llantos y lamentos y auroras boreales duraron días,
noches. Entonces la gente volvió a adorar al sol y a ofrecerle sacrificios, tal
como se hacía antes.
domingo, 9 de octubre de 2016
La causa
Mi abuela volvió cuando ya anochecía. Nos dijo que se había quedado dormida en el banco del parque. Es posible, pero como sabemos que tiene principio de alzhéimer, y por su propio resguardo, preferimos dejarla encerrada en casa. Una tarde me llamó al dormitorio: “La verdad es que me contactaron los extraterrestres. Tienen la cura, pero debo irme a su planeta”. Asentí para tranquilizarla.
No sabemos cómo escapó, pero hoy cumple una semana desaparecida. Y aunque la buscamos por todos lados, no hay rastro. Por eso a veces miro al cielo y elijo una estrella: sí, por ahí debe estar.
martes, 4 de octubre de 2016
Amarse hoy
Las citas se han vuelto frecuentes y las conversaciones interminables. Él le dice que cada vez que piensa en ella, por las paredes trepan rosales donde se vienen a posar saltamontes, ruiseñores y mariposas. Ella, para no ser menos, le dice que le florecen margaritas en el pelo, las que deshoja lentamente pensando en un "me quiere, no me quiere". Y da lo mismo que él sea un gordo sudoroso echado todo el día en el sofá, y ella sea una huesuda negada a depilarse. Son las ventajas del chat, más todavía si no hay cámara web de por medio.
jueves, 29 de septiembre de 2016
El perro
El perro empezó a gemir y aullar, sobre todo por las noches, que rasguña la puerta como intentando salir. Mi esposa me dijo que este animalito puede ver fantasmas, y me habló de cuestiones relacionadas con un sexto, séptimo y hasta octavo sentido, y que todo eso lo tiene nervioso. Tanto así que el perro ya ni come, por más que lo incitamos. Solo le da por ladrar y ladrarnos hasta que, rendido por el cansancio, se echa a dormir. Le dije a mi esposa que de haber sabido el problema que nos daría, también lo hubiera matado a él.
domingo, 25 de septiembre de 2016
Cambio de planes
Crucé donde no debía y me atropellaron. El impacto fue torpe y débil, pero lo suficiente para reventar la botella de vino que escondía entre mi ropa, empapándome de alcohol. “No puedo volver a mi casa así -le dije al conductor-. Atropélleme otra vez, pero ahora asegúrese de romperme un hueso”. Me miró desconcertado. “Tranquilo, solo déjeme una herida grave para que mi familia se olvide o pase por alto el hecho de que volví a tomar”. El hombre se echó temblando hacía atrás y se fue. Yo me quedé acostado en el suelo a la espera del próximo vehículo.
martes, 20 de septiembre de 2016
La caja
Mi papá se empeñó en asegurarme que dentro de una caja él guardaba cosas fantásticas. Y siendo yo niño, me lo terminé creyendo. “Los colores del arcoíris”, “el canto de los grillos”, “la estela de una estrella fugaz”. Pero como me tenía prohibido abrir la caja hasta el día que decidiera regalármela, mi interés, rápidamente, se fue apagando, por mucho que me dijera que adentro se desarrollaban guerras, conspiraciones o festivales. Convencido de su locura, de hecho una vez hasta lo hice callar y fui a su dormitorio y saqué la caja y la abrí frente a él: habían libros.
Mi aporte para El bic naranja
viernes, 16 de septiembre de 2016
En toda familia hay un tabú
Ordenar y limpiar el patio en familia, fue de ensueño. Para otros será salir de vacaciones, pero para ellos, esta muestra de cotidianidad, les significó una paz gratificante. Un borrón y cuenta nueva necesario. Años que no se unían para nada; años tóxicos, conflictivos, de resentimientos, los cuales se vieron reflejados cuando, entre la basura, apareció el cuerpo de una mascota que habían dado por perdida. Estaba en una caja, tapada en cal. Uno de ellos la había matado, pero nadie se atrevió a preguntar quién ni por qué. Como dije, antes eran muy vengativos.
Esa tarde almorzaron en silencio.
Esa tarde almorzaron en silencio.
domingo, 11 de septiembre de 2016
La gracia
-Padre, se lo suplico, absuélvame, no me haga volver mañana. Tiene que darme su perdón. Libéreme. Quiero descansar.
-No.
-He venido por tres años a confesar mi pecado. Soy puntual, rezo, hago penitencias.
-No es suficiente.
-¡¿Y qué más quiere?! ¿No le aburre esta historia?
-No. Cada vez que me la cuentas es como la primera vez.
-Mire, lo que le hice a su hermana fue en un arrebato irracional, me enceguecí, me equivoqué. Pero usted me hace daño a propósito. Usted es diabólico. Usted no es un hombre de Dios.
-No me importa.
-¿De qué me sirvió suicidarme entonces?
martes, 6 de septiembre de 2016
La perrita
Atropellé a una perrita. Nada grave, aunque igual la llevé a
la veterinaria. Aquí viene lo grave: me flechó apenas nos saludamos. Para mi
suerte, me pidió que la siguiera trayendo, para ver cómo evolucionaba. Y asistí
puntualmente, sonriente, perfumado, durante días. Naturalmente la perrita fue
mejorando, hasta que ya no necesitó más atenciones médicas. Pero no. Ayer la
golpeé con un palo, encontrando así la excusa para volver donde mi veterinaria.
Qué le voy hacer: la amo. Y sospecho que el sentimiento es mutuo, porque la
perrita hoy se puso a vomitar y prometo que yo no la envenené.
domingo, 28 de agosto de 2016
¡No-feliz cumpleaños!
-Imposible. En mi cédula de identidad sale “fecha de nacimiento: 1995”.
-Es mentira. Trabajo en el registro civil, recuerda, puedo manipular datos.
-Pero no me veo tan viejo.
-Agradéceselo a la buena genética.
-¿Y me lo dice justo en mi cumpleaños? ¡Pensé que cumplía 21!
-Disculpa, mi idea era tenerte a mi lado, en casa, por hartos años, pero veo que ser tan sobreprotectora te afectó. Estás todo el día echado sin hacer nada, creyendo que tienes todo el tiempo del mundo por delante.
-¿Y no es así?
-No, hijo. Enfréntalo, tienes 31. Levántate y haz algo con tu vida.
sábado, 27 de agosto de 2016
Se ofrece trabajo (2)
Debes tener una experiencia mínima de 31 años. Debes contar con título universitario, un doctorado y un doctorado honoris causa. Tienes que haber salvado a alguna empresa de la quiebra. Debes demostrar tu optimismo y flexibilidad ejerciendo labores ajenas a tu cargo; como celebrar los chistes de tus superiores. Tienes que entregarnos 25 de las 24 horas del día. Se valorará tu eficiencia, proactividad y que aportes con ideas mejores a las de tu jefe, aunque no tengas incentivos y recibas un sueldo 579 veces menor al de él. ¡Si sabes volar o descubriste la cura contra el cáncer, mejor!
miércoles, 24 de agosto de 2016
La fuerza de la costumbre
Por las mañanas, lo de siempre: se viste con desgano, no se afeita, apenas desayuna. Eso sí, fuma mucho. Y piensa todavía más. Luego se seca las lágrimas. Es hora de partir al trabajo. Apaga el cigarro en la mesa, entre un montón de cosas sucias y malolientes. Y antes de cerrar la puerta tras de sí, nunca olvida despedirse de su esposa, la que le responde desde algún rincón de la casa: "Chao amor, nos vemos a la noche".
Ahora puede enfrentar el día con ánimo, asumiendo que esa voz que ama escuchar no es parte de su imaginación.
sábado, 20 de agosto de 2016
Asteroideas
“Así se debe sentir flotar por el espacio”, dice mi amigo
cada vez que cuenta la misma anécdota. Ahora es un experimentado pescador, pero
en sus inicios una vez cayó de un barco, y mientras descendía tragado por el
fondo abisal, vio cómo las estrellas de mar, hacia la superficie, se encendían tal
como los astros en el cielo. Desde entonces supone que el océano es otra forma
de infinito, con sus propios misterios impenetrables. “No conocemos las
profundidades de la Tierra ni las del universo”. Y a veces, cuando estornuda o
tose, sigue, todavía, expulsando litros de agua salada.
miércoles, 17 de agosto de 2016
Carta desde el futuro: cambio climático (3)
Unos pájaros tocaron a mi puerta. "¿Sabe en qué estación del año estamos?". “En invierno”, les respondí. Las aves entre sí empezaron a murmurar. “Ah, entiendo la confusión -interrumpí-. Es que el horario de verano empezó antes, pero en la práctica seguimos en invierno”. “Bueno, no nos queda más que devolvernos al norte”. “No, no lo hagan -les advertí-. Esperen la llegada del verano conmigo. Ya no hace frío, y hace semanas que no llueve”. Las hice pasar y les ofrecí galletitas.
Me siento culpable. Qué va ser nuestro horario el que las tiene desorientadas. Es por el cambio climático.
viernes, 12 de agosto de 2016
Se ofrece trabajo
Importante planeta, único con vida en el universo, busca a un Dios (o Diosa) que se haga cargo de la administración racional y emocional de sus habitantes. Su función principal será impartir justicia divina, pero siempre con misericordia para que no resulte ser una maldición totalitaria del tipo Kim Jong-un o Bashar Al-Assad (que no se deje convencer por estatus o desquiciados que le ofrezcan sacrificios). Se valorará que el candidato tenga conocimiento avanzado en matemáticas y dotes de funambulista. Si le gusta la poesía, mucho mejor, para que de vez en cuando nos regale un arcoíris solo porque sí.
domingo, 7 de agosto de 2016
El chantaje
El mago oficiaba su última presentación y buscaba retirarse en gloria y majestad. Es por eso que cuando, en un auditorio lleno, no logró sacar el conejo del sombrero (y aterrado de verse ante un error) en vez de rendirse, ahondó más la mano hasta que, finalmente, cayó adentro como atraído por una fuerza.
Solo el tiempo les demostró a todos que este no era un truco de magia más.
Ahora el sombrero descansa en la propia casa del artista, donde dicen que se ha visto al mago, ciertas noches, solo y apurado, cargando bolsas con zanahoria hacia su interior.
jueves, 4 de agosto de 2016
La reina
En el momento en que Sofía despierta, observa cómo una de sus muñecas, la más vieja de todas y que reposaba junto a otras más coloridas, cuidadas y bellas, empuja a otra y la hace caer del mueble. El grito de la niña remeció la casa. Y mientras esperaba que fueran en su auxilio, la muñeca se lleva el dedo índice a la boca indicándole, ordenándole a que se calle. “¿Qué pasa, amor?”, le pregunta la madre bajo el umbral de la puerta. “Nada. Tuve una pesadilla”. Una vez que la mujer se va, la muñeca continúa empujando al resto.
martes, 2 de agosto de 2016
El secreto de Alada
En medio de la discusión de los papás, la hija pidió permiso para ir al baño, y en el camino aprovechó para escapar del restaurante. Tarde se dieron cuenta de su ausencia, por lo que rápido se movilizaron para buscarla. Y solo horas después, ya anocheciendo, uno de ellos la divisó a lo lejos y la llamó: “¡Alada!”. Al percatarse, la pequeña se acercó a un vendedor de globos, sacó uno, y se elevó hasta perderse entre las azoteas de los edificios.
Si los papás pelearan menos y compartieran más tiempo con ella, sabrían que la niña puede hacer eso.
viernes, 22 de julio de 2016
Viernes por la tarde
Se encontraron de casualidad en el metro. Él iba apurado a alguna parte, y ella venía cansada de algún lugar. Aun así se dieron el tiempo para saludarse. Años que no se veían, y tenían muchas cosas por decirse: proyectos, viajes, trabajos, en fin; lo necesario para ponerse al día. Nada muy personal. Caminaron a paso lento hasta la salida de la estación. Y frente a la escalera donde cada uno tomaría direcciones opuestas, y antes de despedirse, él le preguntó ¿tú todavía me amas? No, le respondió ella. Y de su boca, en ese momento, salió volando una mariposa.
martes, 19 de julio de 2016
Razones para desvariar
Tomé tanto, que finalmente una noche me quedé ebrio para siempre. En un perpetuo estado de sopor, risueño y somnoliento. Y déjenme decirles; ahora soy feliz. Siento que conseguí mi objetivo y me veo en la cúspide de la realización humana. De pronto todo tiene sentido, y si no, qué más da: borracho como estoy, me importa un carajo. Por fin le declaré mi amor a un par de mujeres imposibles, me creo poeta y todavía mejor cantante. Ah, y también bailarín. Y se los voy a demostrar. Pero ténganme paciencia, que llevo años intentando pararme de esta maldita silla.
sábado, 16 de julio de 2016
El corazón
En una esquina abandonada me encontré un corazón. Cuando me acerqué para levantarlo, otra mano se posó sobre él: una de mujer. Ella me aseguró que lo había visto primero. Yo en cambio no le di explicaciones y concentré mis energías en arrebatárselo. De ahí en más gritos y patadas se sucedieron entre ambos. Y el corazón latiendo entre nuestros dedos. Finalmente lo solté. Con el impulso la mujer cayó de espaldas, pero se levantó rápido y se alejó llorando. Preferí que ganara porque tenía razón: ella lo había visto primero. Además de seguro se sentía más sola que yo.
domingo, 3 de julio de 2016
Son los duendes
Entran a hurtadillas o echándonos conjuros para hacernos dormir. No sé. La cosa es que ni cuenta nos damos y desaparecen llaves, libros y documentos. En mi caso, se han empeñado en robarse tus cartas, fotografías y regalos. No hay rastro de ti en esta casa, y lentamente, tampoco en mi corazón: es que últimamente les ha dado por llevarse también mis recuerdos contigo.
Son los duendes. Es lógico.
Tú dices que las cosas se pierden solo porque sí. Que el amor, que lo vivido se pierde solo porque sí. Eso yo no me lo creo. No es tan fácil.
viernes, 1 de julio de 2016
Miedo, terror atávico
Cada noche, cuando apago la luz del dormitorio, distingo una figura humana, de pie, junto a la puerta. Es una sombra más oscura que la propia oscuridad. Como soy escéptico, en vez de hablarlo con un espiritista o sacerdote, se lo comenté a un psiquiatra.
"¡Por fin! -gritó-. Pensé que era el único. Yo también la veo". Apagó la luz de la oficina y en una esquina, una sombra. "Estas apariciones nos van a terminar volviendo locos -me dijo-. ¿Qué le parece si se queda conmigo y nos hacemos compañía con la luz prendida para siempre?".
"¡Por fin! -gritó-. Pensé que era el único. Yo también la veo". Apagó la luz de la oficina y en una esquina, una sombra. "Estas apariciones nos van a terminar volviendo locos -me dijo-. ¿Qué le parece si se queda conmigo y nos hacemos compañía con la luz prendida para siempre?".
Acepté más que encantado.
martes, 28 de junio de 2016
La plaza
Pasó años alimentando palomas en la plaza, tanto así, que
las aves se acostumbraron a su compañía y lo seguían, incluso, hasta la casa,
cuando el jubilado regresaba a media tarde. Ida y vuelta, cada día, una bandada
surcaba los cielos tras la huella del hombre. Pero el tiempo fue mermando al viejo,
restándole fuerzas y multiplicándole lágrimas, y ya no era capaz ni de cruzar
el jardín. Solo una mañana no sintió pena y fue cuando, tras meses de ausencia,
las palomas vinieron por él, lo alzaron por las nubes, y lo llevaron al único
destino que les pertenece.
sábado, 18 de junio de 2016
Nueva rutina
Cada noche mi papá vuelve sonriente. Nos saluda, prepara un té y se sienta frente al televisor. Desde el accidente laboral, que su rutina
se ha vuelto más apacible. Ya no se irrita por pequeñeces, se lo toma todo con humor. A tal punto, que le da por reírse bien fuerte viendo series cómicas. Y
esto es un problema, y no porque no nos guste (de hecho lo queremos más ahora a
como era antes), sino porque no nos deja dormir. Es entonces cuando alguien se
acerca y le recuerda que está muerto y que ya es hora de irse.
miércoles, 15 de junio de 2016
“Nosotros lo llamamos”
-¿Dónde estoy, qué hago aquí?
-¿No se acuerda de mí? ¡Qué se va acordar! Yo soy uno más de todos esos candidatos que olvida.
-Por favor suélteme.
-Me prometieron que me iban a llamar. Y sigo esperando. ¡¿Tengo o no tengo el trabajo, viejo de mierda maleducado?!
-Joven...
-Tome -le pasa un ladrillo-: llámeme y diga que estoy contratado.
-¿Qué?
-¡Dígame que reúno todos los requisitos, y que el puesto es mío!
-Aló.
-Hola.
-El puesto es suyo.
-¡Hijo de puta! -lo patea-. ¡No me lo creo! ¡Dígalo con convicción!
-¡El puesto es suyo! ¡Suyo!
-¿Pues sabe qué? ¡Lo rechazo!
sábado, 4 de junio de 2016
El lector, como siempre, tiene la última palabra
El inútil de la familia, una vez más (antes le robaba), logró sacarle dinero a la mamá para ir a drogarse. Tiene aprendido su papel de enemigo: grita, amenaza, golpea muebles, sabe que infunde miedo y tiene la victoria asegurada. No hay cómo convencerlo de que busque aspiraciones significativas para su vida, que trabaje, que le tome aprecio y cariño a otras cosas. Y así, enceguecido, sale de casa.
¿Qué hacemos con él? Ahora va camino donde un narcotraficante. Por mí que lo atropellen. Pero ese soy yo. Mi trabajo termina aquí. El lector, como siempre, tiene la última palabra.
jueves, 2 de junio de 2016
El tren
El niño salió de madrugada en busca del tren que, durante noches, lo mantuvo con insomnio: no sabía si esos bocinazos que irrumpían a la distancia, esos que hacían aullar a los perros, correspondían a un tren real o a uno fantasma. Y como a él le encantaban los misterios (incluso se los inventaba), resolver esta duda lo motivaba lo suficiente para enfrentar cualquier peligro. No avisó ni dejó una nota indicando a dónde iba, pues supuso que estaría en casa antes del amanecer. Sin embargo no, el niño no volvió más. Pero por lo menos pudo resolver su duda.
domingo, 29 de mayo de 2016
Con alcohol
¿Cómo se sobrevive al fracaso? Pues Antonio, con alcohol: la anestesia del corazón por excelencia. Del corazón de Antonio y de millones: como su mamá, por ejemplo. Sospechaba que su hijo se encerraba a beber en el dormitorio pero comprobarlo la desmoronó. ¿Cómo sobrevive ella al fracaso de tener un hijo alcohólico? Con alcohol. Se encierran juntos a beber en casa ¿Qué hizo el papá cuando los descubrió? Lo asumió como un fracaso. ¿Y cómo lo sobrevive? Con alcohol. Se encierran todos a beber en familia. Lo hacen por separado y nadie sabe la causa de la adicción del otro.
domingo, 22 de mayo de 2016
Amor eterno
Le tomó tiempo llegar hasta donde nos encontrábamos con mi
compañero, quienes cuidábamos de depredadores a los pingüinos recientemente
masacrados. El animal se detuvo un momento frente al espectáculo. Luego se
abrió paso entre los cuerpos, dando graznidos, hasta que paró ante un cadáver
en particular. Solo ahí calló. Como es nuestro deber, nos acercamos y alzamos los
garrotes. El pingüino nos miró y, sin intentar escapar, agachó la cabeza... No
pudimos. "Igualmente morirá de pena", le dije a mi compañero. Él cayó de rodillas
y lloró. Yo también. Era la primera vez que mirábamos, verdaderamente, uno a
los ojos.
miércoles, 18 de mayo de 2016
De una puta vez
No respetó la orden de alejamiento y recorrería el mundo hasta dar con su ex. Tampoco tuvo que buscar tanto: la encontró donde la abuela. Martillo en mano, las intimidó fácilmente. A la viejita le bastó empujarla para romperle la cadera. Mientras la otra, con el pavor de siempre, se encerraba a rezar en el baño. Y rezó. Rezó. Rezó hasta qué, finalmente, aparecieron los ángeles. También hadas y unicornios, y Superman y Iron Man. Todos bloqueándole el paso al agresor.
Es el microrrelato más inverosímil, el peor, pero no importa mientras la víctima se salve de una puta vez.
domingo, 15 de mayo de 2016
Carta desde el futuro: cambio climático (2)
El cambio climático se volvió real. Siempre lo fue, pero ahora lo podemos comprobar en nuestros mapas: el mar se ha tragado las costas, configurando una nueva geografía. Mi papá, que fue parte de la primera generación que presenció este proceso acelerado, no paraba de recordármelo: "Allá -me decía indicando un lugar indeterminado del océano- vivió tu abuelo". Yo asentía sin poder creérmelo.
El cambio climático sigue, seguirá su curso. Esto que ves aquí, antes era tierra firme. De hecho, allá vivió tu abuelo, le digo a mi hijo, indicándole un lugar indeterminado del océano.
También asiente sin poder creérselo.
sábado, 14 de mayo de 2016
La oportunidad
Entró al salón con un arma. Finalmente mi amigo cumplía su promesa: someter a quienes lo molestan. También prometió disparos, pero en cambio recitó un discurso de memoria sobre la fraternidad. ¡Qué inocente, creer que puede sensibilizar a estos gorilas!... Bueno, si él no aprovechó su momento, entonces yo aprovecharía el mío.
-Oye, fue Esteban el que empezó a decirte homosexual -lo interrumpí-. Y como aquí lo tienen por líder, dispárale para que todos te respeten.
Un balazo, y mis compañeros huyeron sacudidos por el espanto. Excepto Esteban, que se desangraba. Me acerqué y le dije: yo tampoco soy maricón.
martes, 10 de mayo de 2016
El remanente
La lluvia se filtró y humedeció unas cajas. Al otro día las
sequé al sol y las olvidé. Tarde se me ocurrió mirar adentro. En una de ellas
guardo tus cartas. Pocas se salvaron. Pero una en particular, la primera que
escribiste, floreció. Y entre la vegetación, dos cositas, dos seres, desnudos,
que se aman. Somos tú y yo. No te imaginas cómo los odio: me recuerdan cosas,
las reviven, me renuevan falsas esperanzas. Es por eso que riego tu última carta,
la de la despedida, a la espera de que nazca algo monstruoso que nos mate de
una vez.
jueves, 5 de mayo de 2016
Soledades y soledades
"El universo es tan abismal, que de existir otras vidas, en otras galaxias, también deben estar mirando sus propios cielos preguntándose si están solos. El Espacio nos separa de tal manera, que crea soledades inconmensurables a nuestro alrededor".
-Profesor, aquí... ¡Hola! Tengo una pregunta. No tiene que ver con lo que habla, aunque quizás sí. Es que ya que tocó el tema de la soledad, a usted que tanto le preocupa saber si estamos solos, ¿qué hay de mi soledad? No le importó abandonarme para irse con otra más joven. "Tú eres mi universo", me decía... y aquí estoy, sola.
El naranjo
Usted estaba convencida de que su hijo menor, y quien fuera uno de mis tíos favoritos, continuaba vivo pero en el cuerpo del perro. Que ahí estaba su alma. Nunca supe cómo llegó a esa conclusión. Sospechaba que tenía demencia senil, aunque cuando la visitaba, la veía siempre cuerda y serena.
Recuerdo verla tardes enteras en el jardín y, acompañada de la mascota, hablarle sobre lo mucho que le gustaba el naranjo que alguna vez plantaron juntos.
Ahora, con su partida, la entiendo. Quizás la muerte nos trastorna un poco. Solo véame aquí frente al naranjo contándole esta historia, abuelita.
miércoles, 27 de abril de 2016
¡Feliz cumpleaños, mamá!
-Mira -saca un collar- el regalito que le tengo a mi mamá. Llegué por atrás y ¡paf! se lo robé a una vieja. Salí disparado, me perdí fácil, la señora ni se enteró.
-Tanto tiempo en la misma mierda... ¡Me encantaría verte preso!
Minutos después, aparece mi mamá. Pálida, temblorosa.
-¡Me robaron el collar!
Mi hermano empuña el collar con fuerza tras su espalda. Yo lo tomo, despacio, y lo escondo en mi bolsillo.
-Qué pena más grande, mamita -le dice. Y ocurre un milagro. Un regalo inolvidable. Se acerca y, luego de años, la abraza. Y llora. Verdaderamente llora.
miércoles, 20 de abril de 2016
Algo significativo para olvidarlo todo
Tanto insensible junto, conversándole puras trivialidades. Creían hacerle un favor al distraerla de esa manera, pero ella necesitaba algo significativo para olvidarlo todo, empezando por su enfermedad. Su mejor amigo lo sabía, razón por la cual la tomó en brazos y, amenazando a medio mundo con un arma de juguete, salieron del hospital.
Afuera, un sol de mediodía delicioso. Y cuando pasaron muy cerca de la playa, la brisa marina la sumió en ensoñaciones. Y soñó: soñó que era una gaviota y que volaba. Olvidó que iba en el regazo de su amigo. Lo olvidó todo, empezando por su enfermedad.
martes, 19 de abril de 2016
El tipo más generoso del mundo
Durante el sexo, mi novia se convierte en una mantis religiosa. Es por eso que le he hecho el amor solo una vez: para seguir vivo a su lado tantos años como sea posible. Con mi cabeza intacta sobre los hombros. El gran problema, es que debo seguir complaciéndola. Y como la amo mucho como para cometer el crimen de separarnos, es que de vez en cuando traigo a casa a uno que otro macho desinhibido. Amigos no me quedan por lo mismo. Todos han muerto maldiciéndome, pero eso no quita que yo sea el tipo más generoso del mundo.
domingo, 17 de abril de 2016
El buen hijo
Al temporal, se nos suma un corte de agua. Y luego, lo de siempre: otra discusión.
Esta vez sobre cómo racionar el agua que juntamos en baldes. Porque si hay algo
seguro, es que para cada problema mis papás proponen una solución distinta.
Solo
en una cosa siempre están de acuerdo, y es que al momento de dormir lo hacen
abrazados. Aquí no hay otra visión más que la compartida desde hace décadas. Es
por eso que no tardo en ofrecerles té apenas comienzan a pelear. Y lo bueno, es
que nunca sospechan el que les dé sueño de pronto.
jueves, 14 de abril de 2016
Ciertos anclajes
Ha llorado mucho, gran parte de su vida, por lo que ahora no deja de hacerlo ni aun cuando su sueño de ver por fin realizados a sus hijos, su casa mejorada, de ver a su familia junta, pudiera brindarle la mayor de las felicidades.
-Entonces mamá, ¿por qué sufre?
-Qué bonito está el día, a pesar de que amaneció nublado. Y considerando que estamos en pleno invierno, hoy parece primavera. ¿Cuánto más crees que va a durar este buen clima?
-Mamá, me preocupa más usted. Dígame, por favor, ¿por qué está llorando?
-No lo sé hijo, no lo sé.
lunes, 11 de abril de 2016
Los desaparecidos
Tenía ganas de pasear por lo que, sin darme ni cuenta,
crucé la ciudad. Y continué. Recorrí viñedos, laderas, ríos entre cerros
poblados por árboles, frutos y animales. Pasé por pueblitos, muchos de ellos
abandonados. Luego el paisaje me desorientó: cada bifurcación me conducía a
sitios más extraños. Quería regresar pero no sabía cómo. Hasta que, en un
páramo, divisé a una multitud de personas. Me dijeron que llevaban años
perdidos. Que cada uno, por su lado, un día echó andar y no volvió más. Y que todos
llegaron aquí, a este lugar, de donde creo no me iré nunca.
sábado, 9 de abril de 2016
No demostré ser su mejor amigo
Le propinaron dos patadas para apartarlo de la perrita que intentaba preñar. Me sorprendió tanto el descerebrado que perpetró el abuso, como mi propia cobardía. Al perro lo conozco de cachorro, y me duele recordar cuán indiferente fui. Más considerando que es el mismo can quien no me deja olvidar: porque desde entonces a donde voy me sigue: y no por comida o mendigar caricias, ya que ambas cosas me las rechaza. Solo me sigue.
A veces, cuando me asomo por la ventana, lo veo mirándome desde el otro lado de la calle. No sé qué quiere, pero me atormenta.
martes, 5 de abril de 2016
Juan Pérez
Que la vida le pueda cambiar de un momento a otro, es cierto pero improbable: años en el mismo trabajo, mismos amigos, mismos quehaceres. ¿Dónde, en qué parte la vida cambia de un momento a otro?
Totalmente desesperado, salió sin paraguas, corrió hasta espantar a las palomas, gritó, lo miraron feo, pero no pasó nada: intenta todo para que la vida le cambie de un momento a otro, pero nada. Hasta que encontró un paquete sobre el banco. Rarísimo. Se acercó, lo abrió ¡y ahora sí que!...
Totalmente desesperado, salió sin paraguas, corrió hasta espantar a las palomas, gritó, lo miraron feo, pero no pasó nada: intenta todo para que la vida le cambie de un momento a otro, pero nada. Hasta que encontró un paquete sobre el banco. Rarísimo. Se acercó, lo abrió ¡y ahora sí que!...
Perdón, ¿qué dices?
No, mi protagonista me informa que ahí tampoco pasó nada.
domingo, 3 de abril de 2016
Nadie guarda silencio
Por eso fui mejor preparado al cine. Para sentirme bien
recibido (antes me habían echado a patadas por pedir que se callen) llevé
cerveza: no tanta, pero suficiente para ponerlos de buen humor. Con el ánimo
arriba, el banquete se organizó entre risas, ladridos y los clásicos llantos de
bebé. Era como una orgía de Calígula, pero familiar. ¡Hasta me hice de amigos
en el proceso! Ahora sé para qué vamos al cine: comer, conversar, sociabilizar.
De hecho conocí a una niña. Así que apenas terminó la película, que ni supe de
qué se trataba, la invité a mi cama.
sábado, 2 de abril de 2016
Un caso bestial
Parte de una caravana con animales que se dirigía a una
granja, volcó cuando pasaba por delante del Congreso. Burros y cerdos lograron
escapar, los muy condenados, adentrándose violentamente al simposio. Como si
supieran cómo camuflarse, bomberos y policías nos tuvimos que ver en la difícil
tarea de saber a qué animales capturar, sin cometer el inocente descuido de
confundirlos con los honorables políticos. Pero como se podrá adivinar, la misión,
dado su carácter épico, nos sobrepasó. Así que los encerramos a todos a la espera
de los zoólogos, quienes sí sabrían reconocer las sutiles diferencias entre
unos y otros.
lunes, 28 de marzo de 2016
El gran contexto
Una tarde de domingo, en casa, mirando por la ventana las
luces recién prendidas de una calle sin transeúntes; calle que parece conducir
a ningún lado en un barrio gélido y silencioso. A veces, en alguna parte, unos
ladridos. El mundo parece multiplicarse en plazas abandonadas, portones y
puertas: todas cerradas. Y más allá, sistemas y galaxias: un universo infinito
en permanente expansión, el que no alberga más vida que este ínfimo y perdido planeta de cementerios y páramos, en donde una mujer (una tarde de domingo, en casa,
mirando por la ventana), no quiere aceptar que se siente sola.
jueves, 24 de marzo de 2016
No tiene corazón
La niña que tanto amo no tiene corazón. No porque sea mala o fría, sino porque realmente hay un agujero en su pecho por donde se le escapa. Y yo, como lo quiero para mí, voy siempre en su búsqueda, encontrándolo en parques, bares, cines; en todos los lugares por donde paseó prometiéndose amor eterno con su ex. Ella dice que su ausencia no es relevante, porque el corazón solo estorba y da problemas. Y me tranquiliza asegurándome que igualmente me quiere. Sabe bien que con un “te quiero” suyo me basta para contentarme: aunque no lo diga de corazón.
Canción "Broken" - Robert Downey Jr
lunes, 21 de marzo de 2016
Equinoccio o la ecuanimidad del tiempo
Con la llegada de la primavera, el poema de amor de una
escritora floreció. Y de una minúscula secuoya, alzó el vuelo una bandada de
pájaros multicolores, los que migraron, perdidos todo un verano, en busca del
nido del corazón de algún destinatario. Mas sin encontrarlo, con la llegada del
otoño, marchitaron y devinieron en hojas secas, que el viento alzó en vuelo por
callejones sombríos. La escritora que paseaba por ahí, tomó una de estas y la
usó como separador en su diario de vida; cuaderno en donde habla sobre cosas
que nacen, florecen y transmutan según la estación.
miércoles, 16 de marzo de 2016
Las jirafas
-Amor, ¿en qué estás pensando?
-En las jirafas.
-¿De verdad?
-Sí, pienso que con ese cuello tan largo que tienen, deben ser animales muy juiciosos: con el corazón y la cabeza tan distantes, no alcanzan a enredar los sentimientos con la razón. En cambio en nosotros, las ideas del corazón y la cabeza se sobreponen, y a veces no sabes lo que es real y no, lo que es posible y no.
-¿Por qué dirán que el corazón piensa, cuándo no es así?
-Porque no somos jirafas. Para mí el corazón piensa, y él piensa que tú estás conmigo, ahora.
miércoles, 9 de marzo de 2016
Acaba un ciclo
Hacia el final del pasillo, mi abuela agoniza en cama.
No creo que sea normal. A donde voy, hay un ambiente extraño. Deambulo con temor, entre sombras que se alargan excesivamente al atardecer, con la sensación de que el invierno siempre está por comenzar: el frío, cuánto frío. Y la rapidez con que se cubren de polvo los muebles, y las telarañas que aparecen repentinamente, y el infatigable crujir de la madera a toda hora, no, no es normal: la casa va muriendo con mi abuela. Lo supe cuando, paseando por el jardín, sentí pena por la flor de cerezo.
miércoles, 2 de marzo de 2016
Lecciones cotidianas
El respetado hombre gris de la gran maleta era un ser complejo. Prefería cruzar la avenida innecesariamente cada mañana camino a su
trabajo, con tal de evitar encontrarse con un mendigo. Le incomodaba el tener
que pasar a su lado sabiendo que no le daría ni la más irrisoria de las
limosnas. Y como la apariencia lo es todo, antes de quedar como egoísta optaba darse
la molestia de cambiar de rumbo. Qué ridículo. Cuando le comentaron que aquel
mendigo era ciego, no hizo más que llorar. Lo supo poco después de que lo atropellaran
cuando cruzó la avenida innecesariamente.
viernes, 26 de febrero de 2016
La trampa sagrada
-Quise ver señales en las nubes, en la configuración de las ramas de los árboles, en todo azar, con cada persona que me cruzaba. Pero de los caminos que tomaba, al poco andar, los presentía errados. Busqué la iluminación en el desprendimiento, pero no la encontré. De nada me sirvió la indigencia. Después pasé por varios oficios que me acercaran a la inspiración: bibliotecario, curandero, guía turístico, entremedio renuncié a los placeres, viví apurado, codiciaba una respuesta, probé drogas psicotrópicas, me divertí, pero la insatisfacción seguía ahí: anhelante y creciente. Por favor maestro, dígame, ¿dónde está Dios?
-En tu pregunta.
sábado, 20 de febrero de 2016
Humanos de segunda clase
Hubo un atentado en la ciudad que visitaba. La niña a la que le había dado una moneda, yacía sobre mí en condiciones todavía más críticas. Como yo era el único americano, me auxiliaron de inmediato.
Al volver a mi país, fui recibido como héroe. Todos me querían, di entrevistas, exageré los hechos, participé en un reality show, me hice millonario. Luego me sobrevino la culpa y huí de esos buitres ávidos por el morbo. Es por eso que volví a la ciudad del atentado para redimirme. Y volví a ver a la niña. Esta vez le dejé dos monedas.
domingo, 14 de febrero de 2016
La respuesta
Desde que su pareja la dejó, que se dedica a cultivar la tierra. Le ha servido de terapia hacerse cargo del jardín que por tanto tiempo descuidó, regando con alguna que otra lágrima, alegres constelaciones de tulipanes que le apaciguan la melancolía con su fragancia.
Cierto atardecer, cargando un manojo de estos hacia su dormitorio, escuchó la voz del novio decirle "dejaste caer uno". Al girarse, vio la sombra del hombre extendiéndoselo. Pero lo rechazó: y no por miedo al suponer que se volvía loca, sino porque no podía ser coincidencia que precisamente la flor que le entregaba estaba marchita.
miércoles, 10 de febrero de 2016
El drogadicto
Se durmió con el anillo en la camisa. Acostado boca abajo, se lo incrustó en el pecho el muy imbécil. El dolor lo despertó de madrugada. En la cocina, el despreciable, tragando algo antes de partir a venderlo, se cruzó con la dueña de lo robado: "Hijo, tengo el corazón hecho polvo: perder ese regalo es como perder a tu abuela dos veces". Se hizo el sordo y salió disparado a la calle.
Al cabo de unos minutos, el sinvergüenza volvió muy campante: “Le encontré el anillo, estaba detrás del macetero, en el jardín".
Pensó en cobrarle recompensa, pero no.
domingo, 7 de febrero de 2016
El teléfono
Rescató un viejo teléfono de su infancia, cercano al medio siglo de antigüedad, y lo colocó junto a la cama como mero elemento decorativo. Esa misma noche lo llamaron. Y no una, sino varias veces. Asombro, inquietud, angustia. Sin estar conectado, sonaba con un asedio cada vez más extenso, incrementando la desesperación del único habitante de la casa. El anciano sabía que debía actuar a pesar del pánico, y atender pronto ese teléfono en desuso para acabar con la tortura auditiva.
"Aló", susurró entre temblores. Al otro lado de la línea alguien gritó emocionado: "¡Por fin, por fin, tanto tiempo!".
sábado, 23 de enero de 2016
Triste historia del artista incomprendido
"Lo repito: apenas se vaya tu abuela, el cuadro se va a la basura". "Qué mala compra: cero noción del buen gusto". "Y está tan bien dibujado, que más atemorizan sus facciones". "Y entre más lo miro, más me atemoriza". "Las visitas opinan lo mismo". "A muchos aterra porque...". De pronto el cuadro comienza a temblar, y seguidamente el payaso sale expulsado por el marco como quien salta por una ventana, cayendo del otro lado aparatosamente. "Disculpen. No es mi intención asustarlos, así que mejor me voy".
Ni eso le resulta: se aleja por el pasillo dejando atrás dos infartos.
martes, 19 de enero de 2016
Rosalinda
"Hija, acompaña a esa vieja. Nadie la visita. La pobre empieza a olvidar cosas, así que si te presentas como su nieta lo va a creer". Al fallecer mi madre seguí viéndome con Rosalinda, con quien desarrollamos una entrañable amistad. Yo le comentaba lo mucho que la extrañaba la familia que inventé para consuelo de su abandono; y ella, fascinada, asentía a mi mentira piadosa.
Antes de partir me dejó una carta: "Sé que no eres mi nieta, pero te quise como a una. De habértelo confesado ¿me habrías dejado de visitar? Ese era mi miedo. Pero me voy feliz".
lunes, 18 de enero de 2016
Punto de vista
En el futuro el cine es cosa del pasado. Los espectadores, ahora reconvertidos en viajeros, navegan por la historia en una máquina del tiempo haciendo de los grandes hitos sus "películas" favoritas. Por eso me sorprende que haya un grupito de descerebrados enganchado a mis trivialidades. Ríen, murmullan, anotan, están al tanto de todos mis desaciertos. Qué les puede importar mis traspiés amorosos, mis borracheras sabatinas, mis pequeñas pero exasperantes desavenencias en mi trabajo de mierda.
-¿Por qué me siguen? ¿No les da pena? ¡Mi vida es un drama!
-Eso dices tú, pero según los críticos está catalogada de comedia.
viernes, 8 de enero de 2016
Afectos y efectos
Para levantarle el ánimo, invité a un amigo a mi casa. Yo me había armado con una selección de los mejores consejos clichés para ayudarle a superar, en algo, su pena de amor, pero él me desoyó. "El duelo lo tengo más que superado. Ella siguió adelante, y yo también. No la amo ni la necesito, y recordarla es perder el tiempo", me respondió mientras acariciaba el pelaje de mi mascota. Le creí, pero mi casa no. A las semanas después mis plantas marchitaron, el perro enfermó, y yo sufro de recurrentes pesadillas relacionadas con la soledad y el resentimiento.
miércoles, 6 de enero de 2016
Una pequeña crisis
-Dios no va a perdonar tus pecados, porque no existe. Pero nos conviene creer en algo superior por el consuelo que otorga y, para los privilegiados, por sus ganancias. Así que tranquilo con esa paranoia, que no hay tal voyerista. Y tampoco digas "pecados" porque eso le da un carácter religioso, y no hay cosa que odie más que la fe institucionalizada: llamémosle errores. Y todos los cometen, incluso yo: ¡tanto pides mi ayuda, que mejor hubiese sido psiquiatra! Y con la plata que te cobre me voy de putas...
-¿Sabe qué Padre? No vengo más a confesarme con usted.
domingo, 3 de enero de 2016
Lo que se vuelve costumbre se vuelve invisible
Una mañana, las mujeres de Arabia Saudita desaparecieron. El rumor decía que las bestiales leyes que las controlaban y minimizaban, las terminaron por eliminar judicial y existencialmente; siendo Alá quien se las llevó para escarmiento de los que justificaban y preservaban la sharia precursora de invisibilidad femenina.
Para evitar la debacle, el rey propuso otra teoría: fue una maquinación del diablo como señal del apocalipsis. Pero ya era tarde: la histeria colectiva no dejó títere con cabeza.
A los hombres les tomó meses percatarse que las mujeres ya habían regresado y que quizás, en primer lugar, nunca se habían ido.
sábado, 2 de enero de 2016
Loco por los votos
El candidato llamó a la puerta buscando mi voto... Qué manera de prostituirse. Todo por el poder y luego qué ¿servir al pueblo o servirse del pueblo?
-¡Señor, le juro por esta Biblia -me la mostró- que soy diferente!
-No empiece con la verborrea que no me engaña. Lo he visto en la tele: se maneja con la misma frialdad que un psicópata para seducir ingenuos. No tendré educación, pero tampoco soy imbécil.
-¡Se equivoca! Póngame a prueba, haría cualquier cosa.
Hoy son las elecciones, pero este sinverguenza no se va hasta que no termine de sacarle brillo al piso.
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