sábado, 28 de noviembre de 2015

El último recurso

Se fue convirtiendo en hombre lobo cuando mejor la pasaba con su cita en el restaurante. Tanta preparación, tanto esfuerzo por convencer, por agradar a su musa, ahora a segundos de estropearlo todo por haber olvidado la luna llena. Acorralado, sabiendo lo imposible que es luchar contra la naturaleza, optó, por el bien de ambos, revelar de una vez por todas su secreto.

-No es tan terrible después de todo -dijo la bestia a su petrificada acompañante, apenas dejándose oír entre el griterío-. Porque ahora sí tengo fuerzas para descorchar el vino, mira... ¿Acaso no es punto a mi favor?

18 comentarios:

  1. Imagino la cara de estupor de la pareja de cita.:D
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Curiosamente puede resultar más fácil imaginar la cara del hombre lobo, ha de ser por el arquetipo que tenemos de este personaje.

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar
  2. Y puede aullar, que no sé si sirve para algo pero mola. Jajajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, vamos sumando puntos a su favor!

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar
  3. ¡Qué buenísimo microrrelato! Entré movida por la curiosidad (esto es lo bueno de descubrir nuevos lectores en tu blog) y me has sorprendido, así que también te seguiré de cerca. ¡Enhorabuena! Tienes una forma de escribir impresionante.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Voy a decir algo cliché, pero ir descubriendo blogs es ir descubriendo mundos.

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar
  4. Y cuidado ahí, que a un hombre lobo no le puedes engañar con vino peleón, su olfato no va a fallar en las distancias cortas. Así que al menos con él te aseguras de beber buen vino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y ya una vez borrachos, solo se dedican a reírse de esta situación ridícula pero excepcional. Todo un win-win.

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar
  5. Es un puntazo a su favor.
    Ella debería dejarse despedazar felizmente agradecida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro, cuando uno va a una cita debe estar preparado a que pase cualquier cosa. Y si la persona te gusta, verás el vaso medio lleno a su lado desconocido, absurdo o extravagante.

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar
  6. Quizás ella no terminó de ver la indubitada ventaja que supone...
    un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Había que empezar por descorchar el vino para que se fuera relajando y lo fuera comprendiendo.

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar
  7. Me hiciste sonreír, Julio, no creas que a veces descorchar algunas botellas requiere casi magia de lobos y lunas llenas más que un buen sacacorchos y habilidad.

    De todas maneras eso si que es una cita con sorpresa final. Espero que ella no se asuste y se entregue a la aventura con pasión.

    Un beso,

    ResponderEliminar
  8. Claro, debería aprovechar el momento por último para que después tenga algo interesante que contarle a sus nietos.

    Un abrazo psicológico.

    ResponderEliminar
  9. Alguien dijo que el humor puede salvar cualquier situación, aunque creo que quien lo dijo no había previsto este caso tan "particular" :D

    Me quedo con las ganas de saber si este arebato de sinceridad por parte del prota tuvo su recompensa... Si no fue así, será que ella no valía la pena :))

    Muy buen micro, creo que a todos nos has hecho sonreir!!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si el tipo no se lo tomaba a la risa, su condición de hombre lobo hubiese adquirido un matiz todavía más dramático. Y claro, se valió del humor en un último intento por conservar a su amada.

      Un abrazo psicológico.

      Eliminar

EL COMENTARIO ESTÁ SUJETO A MODERACIÓN