El gran contexto
UNA tarde de domingo, en casa, mirando por la ventana las
luces recién encendidas de una calle sin transeúntes; calle que parece conducir
a ningún lado en un barrio gélido y silencioso. A veces, en alguna parte, unos
ladridos. El mundo parece multiplicarse en plazas abandonadas, portones y
puertas: todas cerradas. Y más allá, sistemas y galaxias: un universo infinito
en permanente expansión, el que no alberga más vida que este ínfimo y perdido planeta de cementerios y páramos, en donde una mujer (una tarde de domingo, en casa,
mirando por la ventana), no quiere aceptar que se siente sola.