ANTE la insistencia de mi hija, me asomé bajo su cama. Según
ella había un monstruo; un payaso diabólico, feo-feo (como esos de los circos
pobres donde fuimos el año pasado y salió de ahí llorando). Adentré mi cabeza
lo que más pude. Estaba oscuro como un corazón despechado. Volví con una linterna y su
luz me mostró un pozo, y al interior, mi tío, quien abusó de mí cuando pequeño.
Un psiquiatra me explicó que asomarse bajo la cama, es como asomarse
al inconsciente, a un trauma que se reprime.
Hoy me asomé de nuevo. Vi a mi hija.
Un micro muy profundo en hechos y palabras, un abrazo David
ResponderEliminarAh jijos.
ResponderEliminarMe dejas pensando cosas Julio.
Abrazos
Y yo que de niña siempre miraba debajo de mi cama pensando estaría alli el hombre del saco para llevarme... ahora de adulta ni se me ocurre mirar 😃.
ResponderEliminarUn besazo.
Yo conocía a una que para asegurarse de que no estuviera debajo de la cama se lo subía arriba.
EliminarJajjajaaj alaaaa pero Macondo jajajaja me sacaste sonrisas con lo has dicho.
EliminarMenudo relato, muy intenso en pocas palabras.
ResponderEliminarUn besillo.
Bastante estremecedor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Caramba, me has dejado helado. Yo creía que los viejos fantasmas y sus esqueletos se ocultaban en los armarios.
ResponderEliminarCada día me sorprendes un poco más.
Un abrazo.
Ufff... qué estremecimiento Julio David.
ResponderEliminarTocas un tema atroz e inhumano.
Un abrazo.
Si te soy sincera no sé si te he entendido bien, Julio D.
ResponderEliminarEs tanta la intensidad con la que transmites...
Un beso.
Tus finales siempre son impactantes.
ResponderEliminarBesos.
Estremecedor.
ResponderEliminarSaludos
Como a Chelo, el final me deja desconcertado. O no lo entendí o está hecho para varias interpretaciones. Aun así, la historia estremece.
ResponderEliminarSaludos.
Mmmmmmmmmmmm...
ResponderEliminarEste tipo de micros me gustan, son quizá este tipo los que definen lo que debe ser un micro. Esa punzada que te escuece debajo de la piel, sin saber localizar exactamente donde.
Estremece, sí, pero siempre, en los sueños, la oscuridad de los pasados, los temores del futuro, hacen su puesta en escena.
ResponderEliminarPor eso, miramos bajo la cama antes de soñar. Muy bien narrado. Me recordó a uno mío http://www.albada2.com/2014/10/bajo-la-cama.html
Un cordial y ceñido saludo
Asomarse de noche bajo la cama es algo que no debe aterrar, no hay nada nomás la imaginación. Es igual a dejar caer la mano cuando estás acostado, nadie vendrá a jalártela (la mano obvio). No hay nadie.
ResponderEliminarSaludos
Saludos